Blinded by the light (Cegado por la luz)

Gurinder Chadha es una guionista y directora de etnia hindú, nacida más bien por azar en Nairobi, Kenia, aunque de nacionalidad británica a todos los efectos. Como es imaginable, fue para ella muy complicado conseguir formarse para hacer cine y televisión, dada la tradición en su etnia de confinar a la mujer al hogar y a un papel subsidiario del varón. Se inició en la BBC, lo que la dotó de la experiencia necesaria para la realización de obras audiovisuales. En cine comenzó a dirigir largometrajes de ficción en 1993, casi siempre en torno al conflicto entre sus dos culturas, la hindú  y la británica. Desde entonces ha rodado ocho largos de ficción, siendo sin duda el más popular, y el que más fama le ha dado, Quiero ser como Beckham (2002), dramedia en la que una chica india quiere emular al popular futbolista e icono masculino del título. La frescura de aquella propuesta y el descubrimiento del conflicto intrafamiliar que supone contradecir la tradición en un conservador clan (perdón por la redundancia…) gustó do quiera se exhibió, y permitió a Chadha insistir en el tema en Bodas y prejucios (2004), que combinaba temas tan peculiares aunque no necesariamente antónimos como la literatura de Jane Austen y el cine de Bollywood.

El resto de su producción hasta la fecha, salvo algún caso aislado, presenta historias en las que se relacionan ambas culturas, la hindú y la británica, como ocurre de nuevo en esta Blinded by the light (Cegado por la luz), cambiando solo cosméticamente la cultura india por la pakistaní, cuya etnia en puridad es la misma, pero separados artificialmente en dos países distintos por mor de la religión de ambas comunidades, hinduista y musulmana, respectivamente.

Luton, una pequeña localidad inglesa a 55 kilómetros de Londres, en 1987. Allí vive Javed, un chico pakistaní de 16 años que está loco por ligar con chicas, lo que su amigo de raza blanca Matt hace constantemente. Javed vive en una muy tradicional familia emigrada desde Pakistán, regida con mano de  hierro por el padre, cuya palabra es ley, y que espera de él que se gradúe en alguna disciplina decente, como Medicina o Derecho, y al que ya le buscará una buena chica pakistaní para casarse cuando llegue el momento. Pero Javed descubre, gracias a un amigo, la música (y, sobre todo, las letras) de Bruce Springsteen, y se da cuenta de que el "boss" pone palabras a sus sentimientos, a sus deseos y anhelos…

Tiene Blinded by the light ese tono amable que es consustancial al cine de Chadha. De hecho, aunque en su cine se planteen constantemente conflictos interculturales, lo cierto es que nunca hace sangre, siempre son historias cuyo final se sabe que va a ser feliz, y donde lo único que se presta a alguna intriga o tensión es saber cómo finalmente el chico o chica rebelde se reconciliará con sus padres sin por ello renunciar a sus sueños, etcétera.

Claro que lo que en Quiero ser como Beckham resultaba fresco y novedoso, aquí ya resulta más bien repetitivo y previsible, en una película a la que claramente le sobran quince o veinte minutos, tirando por lo bajo, para sortear el permanente choque del protagonista con su padre, que ya fatiga, y las otras líneas argumentales colaterales: su relación con la chica blanca, la primera novia, los intentos de abrirse camino en la literatura, el miedo cerval hacia los neonazis del National Front, la tormentosa relación con su amigo… Así las cosas, lo cierto es que la película resulta más bien aburrida; está rodada con solvencia por Chadha, que evidentemente conoce su oficio, pero incurre en ese pecado tan frecuente, el de no saber contar una historia con la medida justa, sin pasarse, como hoy día es tan corriente.

Claro que la música del "boss" es magnífica, pero también que los escasos números musicales que la película ofrece son (no sé si voluntariamente…) tirando a pencos, y que llega el momento que estamos deseando que el "paki" se reconcilie de una vez con el padre y se acabe la película.

Evidentemente, a esa sensación de aburrimiento que desprende el film no es ajena la interpretación del protagonista, Viveik Kalra, nuevo en estas lides y a quien, me temo, no podemos predecirle un brillante porvenir (como diría Vicente Aranda…) : el chico tiene dos registros interpretativos, sonrisa bobalicona o cara de disgusto: no lo saquen de ahí, porque no hay más… En plan curiosidad para seriófilos, el papel del amigo Matt lo interpreta Dean-Charles Chapman, más conocido como Tommen, el efímero rey niño de Juego de Tronos.

(26-09-2009)