Hay un cierto tipo de cine que habla de infelicidades: las hay generales para todos los seres humanos, pero también las hay específicas de algún género en concreto; la que describe Bordadoras se podría decir que se conjuga en femenino plural.
Se trata de un melodrama realista, dirigido por la debutante Éléonore Faucher (en cuyo haber sólo había un par de cortos y alguna experiencia televisiva), en torno a una joven, casi una adolescente, soltera, embarazada y hastiada de su trabajo como cajera de supermercado, que encontrará primero un punto de apoyo y después una labor que amar, el bordado de bellísimos lienzos, en la persona de una madre armenia cuyo hijo ha muerto reciente, traumáticamente: ambos dolores se encontrarán y aliviarán mutuamente, en una obra hermosa aunque tal vez algo insuficiente: hay sutileza pero se echa en falta algo más de lirismo en una historia que apuesta por la vida y la esperanza, quizá sin mucho motivo, tal y como están las cosas.
Excelente la interpretación de las dos protagonistas: de Ariane Ascaride ya conocíamos sus bondades, espléndida casi siempre en los combativos filmes de compromiso social que dirige su marido, Robert Guédiguian; pero de la joven Lola Naymark apenas si la habíamos visto en un personaje secundario, aunque relevante, en El señor Ibrahim y las flores del Corán: tiene futuro esa chica, ayudada por un físico peculiar, no especialmente hermoso, pero sí fácilmente recordable.
(14-01-2006)
89'