Pelicula:

Esta película forma parte de la programación del Atlàntida Mallorca Film Fest 201. Está disponible por tiempo limitado en Filmin.


Mohammad Mossadeq fue un doctor en Derecho y político persa que a principios de los años 50 llegó al poder en su país como primer ministro en unas elecciones democráticas. Una de sus primeras decisiones como “premier” iraní sería nacionalizar el petróleo, para acabar con una situación absolutamente anómala y a todas luces injusta: siendo propietario el país de los gigantescos depósitos de hidrocarburos que albergaba su subsuelo, los ingresos que percibía por ello en los acuerdos existentes con la Anglo-Persian Oil Company (de capital británico) eran muy menguados, y además el gobierno persa no tenía acceso a las cuentas económicas de la empresa, con lo que había de fiarse de la buena voluntad de sus socios ingleses...

Ese hecho sin precedentes, que sin duda influyó en acontecimientos posteriores no muy distintos (como la nacionalización por parte de Egipto del Canal de Suez), supuso la sentencia de muerte política de Mossadeq, como viene a demostrar este notable documental, Coup 53, que presenta en pantalla un detallado informe sobre cómo fue posible que dos potencias extranjeras, a la sazón Estados Unidos y Reino Unido, urdieran de consuno un golpe de estado para eliminar del poder a un hombre contrario a sus intereses económicos, y cómo ese movimiento en el tablero geoestratégico supondría, a la larga, una situación actual ciertamente mucho más perjudicial para la causa occidental, e incluso para la del mundo islámico moderado.

Taghi Amirani, el director y conductor en pantalla de este estimulante documental, es un cineasta iraní nacido en el milenario país persa pero educado en Inglaterra, donde se asentó, y donde desde mediados de los años ochenta viene desarrollando una fructífera labor como realizador de cine y televisión especializado en documentales. Ahora afronta la ardua tarea de desenmarañar la trama golpista que el 19 de agosto de 1953 terminó con el gobierno legítimo de Mossadeq para instaurar una monarquía absolutista regida por el Sha Reza Pahlevi.

Se puede decir que el documental tiene varios niveles: uno sería el de la investigación propiamente dicha sobre la más que probable coautoría del MI6 (el servicio de espionaje británico, como las pelis de James Bond nos han enseñado...) junto a la CIA, que nunca desmintió que, efectivamente, participó activamente en el derrocamiento del legítimo “premier” persa, aunque los ingleses sí lo han negado reiteradamente; un segundo nivel nos lleva a las maniobras de ocultamiento que, previsiblemente, ha realizado y sigue realizando aún el gobierno de Su Graciosa Majestad para que no se sepa que, efectivamente, ellos estuvieron también detrás del golpe de estado; hay un tercer nivel que sería el del propio director como investigador jefe y su fascinación por el material que va descubriendo, y cómo va rellenando los huecos (en algún caso, literalmente...) sobre la información existente y cómo se ha intentando escamotearla desde hace décadas; y un cuarto nivel sería la narración de lo sucedido en Irán durante esos procelosos años, desde 1951 a 1953, del gobierno de Mossadeq, y cómo se llegó al golpe que terminaría con este.

Los documentos son abrumadores, y Amirani combina con habilidad filmaciones con gente de primera fila, incluidas personalidades del nivel del excanciller británico David Owen (el jefe del Foreign Office y, por tanto, del MI6, como él mismo afirma a preguntas del periodista) entre 1977 y 1979, o el responsable de la CIA para Oriente Medio y orquestador del golpe, Kermit Roosevelt, en antiguas entrevistas que aquí se revelan fundamentales en el desvelamiento del papel que las democracias occidentales tuvieron en la caída de Mossadeq.

Un golpe que, además de marcar el futuro de Irán (desbaratando la legítima opción democrática en favor de la monarquía absolutista y represora, lo que a la larga abonó la llegada del islamismo radical al país con la revolución de los ayatolás en 1979), abriría la puerta a sucesivas maniobras similares orquestadas por la CIA, sorprendidas de la facilidad con la que, mediante sobornos a la gente adecuada, era posible derribar gobiernos a su antojo.

Así que este golpe de 1953 sería el ensayo para tantos otros posteriores, desde el que derribó a Sukarno en Indonesia hasta el que llevó al poder a Pinochet en Chile, entre otros muchos. Así que este fue el espejo en el que se miraron los futuros golpistas de todo el mundo.... Como se ve, no fue un golpe más, sino el primero y modelo para los sucesivos que perpetró la CIA (y eventuales aliados, como aquí el MI6).

Es cierto que la primera parte del documental resulta un tanto lenta, embarrada en la presentación en pantalla de papeles que, ciertamente, no suele funcionar muy bien en cine. Pero conforme avanza la trama y vamos viendo que esos papeles tenían, literalmente, agujeros por los que se escapaba la información más valiosa, vamos entendiendo que, aunque enlenteciera el ritmo, era necesaria esa primera parte más tediosa para que podamos calibrar con mejor criterio de qué forma se intentó silenciar a los que estuvieron metidos hasta las trancas en la subversión del poder legítimo establecido en Irán en los primeros años cincuenta del siglo XX. La segunda parte ya toma velocidad y vamos asistiendo, casi de forma fatalista, a la progresiva erosión popular del “premier”, una erosión orquestada sin escrúpulo alguno por la CIA y el MI6, regando con abundantes cantidades de dinero a políticos, periodistas, militares y policías, hasta desembocar en un golpe fallido, dado el 16 de agosto de 1953, y el definitivo, ejecutado el 19 de ese mismo mes y año, cuando manifestaciones mercenarias sembraron el caos en Teherán, y el Ejército, con esa coartada y para restablecer el orden, atacó con tanques la residencia del primer ministro hasta conseguir su derrocamiento.

Amirani utiliza todo tipo de recursos en su documental: entrevistas grabadas hace décadas por otros compañeros de profesión, siempre a gente de primer nivel, como los ya citados; cuestionarios realizados a familiares de Mossadeq, pero también a sus enemigos, como el hijo del que sería su sucesor en el cargo de primer ministro; da la palabra también a expertos historiadores, así como a periodistas, tanto de prensa escrita como audiovisual, que trabajaron décadas atrás sobre el tema del golpe de estado, buscando con ello rellenar las lagunas existentes; cuando no dispone de algo, como la grabación del espía Darbyshire, que sería el agente del MI6 que gestionó en nombre del gobierno de Churchill las maniobras para derrocar a Mossadeq, utiliza a un actor de renombre como Ralph Fiennes para que “interprete” esas grabaciones, aprovechando que existe la transcripción de lo que declaró el espía inglés (pero desapareció del montaje final del reportaje), un recurso interesante al que el actor de El paciente inglés aporta su aplomo y su buen hacer. Y cuando Amirani no cuenta con material para poder presentar en pantalla su investigación y su relato, como ocurre con las imágenes que nunca se grabaron (o, al menos, no han trascendido) sobre el golpe de estado, recurre a la animación, con hermosos a fuer de lacerantes dibujos animados de colores ocres, terrosos, como la propia tierra persa, una animación que podríamos denominar “impresionista”, huyendo de la nitidez en beneficio de la imagen un tanto borrosa que da una idea aproximada pero no busca la exactitud.

Notable film este de Amirani; se suele decir en estos casos que debería ser de obligada visión en colegios y universidades, pero en esta ocasión ese lugar común está más fundamentado que nunca. Como dicen algunos de los expertos que hablan en la película, ¿se imaginan qué hubiera sucedido si el Reino Unido, por sus espurios intereses económicos, con la connivencia del Tío Sam, no hubiera torpedeado esta experiencia democrática de un país fundamental en el Oriente Medio, sino que la hubiera apoyado y fortalecido? Posiblemente hoy no existiría el régimen de los ayatolás en la milenaria Persia; pero es que, sin ese régimen, tampoco hubiera habido probablemente talibanes en Afganistán, ni hubiera sucedido el 11-S: nunca la sombra de un golpe de estado, como la del ciprés delibesiano, fue tan alargada...

(13-08-2021)


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120'

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Coup 53 - by , Aug 13, 2021
3 / 5 stars
La sombra del golpe de estado es alargada