La influencia de Pier Paolo Pasolini en el cine nos parece indudable. Aunque su cine, como su poesía o su ensayo, fue siempre de gran complejidad y eclecticidad, lo cierto es que films como Teorema aparecen, con otros ropajes, cada dos por tres, la historia de alguien llegado de afuera que remueve las aguas estancadas de una comunidad y cataliza a sus moradores en diversos movimientos, generalmente en dirección contraria a la de su zona de confort.
Citamos Teorema, pero hay también otros muchos ejemplos, como la utilización de clásicos como El Decamerón para contarnos historias a la vez de época y pícaras: ¿qué era El Libro de Buen Amor, de Tomás Aznar, sobre el texto del Arcipreste, sino la peculiar aportación patria al camino iniciado por Pasolini con su Trilogía de la Vida, que llevaba la novela de Boccaccio como buque insignia?
Pero ha habido otras formas de seguir la estela de Pier Paolo, como ocurrió con este Cuentos de Pasolini, rodada contando con algunos de sus más cercanos colaboradores, empezando por el director, Sergio Citti, que coescribió junto al maestro boloñés algunos de sus films, como Accatone o Saló, o los 120 días de Sodoma. También están como coprotagonistas Ninetto Davoli y Franco Citti, ambos habituales en el cine de Pasolini, siendo dos de sus actores fetiche. De hecho, el propio Pier Paolo es coautor tanto de la historia de la que parte este film como del guion propiamente dicho, coescrito con el director Sergio Citti. Para acabar con las evidencias de la estela pasoliniana, está rodada inmediatamente después del éxito de las dos primeras partes de la Trilogía de la Vida, la mentada El Decamerón y Los cuentos de Canterbury, con la obvia intención de beneficiarse de su éxito.
La historia se ambienta a mediados del siglo XIX, en Roma, cuando dos convictos de asesinato esperan la llegada de la mañana para ser ejecutados; entretienen la espera contándose historias picantes, para pasar esas últimas horas con algunas rijosidades que alivien su próxima desventura... Así, se contarán historias de amores adúlteros, maridos burlados que se cobran venganza por su propia mano, curas lascivos y otros de semejante jaez.
La película no se estrenó en España hasta 6 años después de su estreno en Italia, como era de prever por sus escenas subidas de tono, y aquí se retituló el original Storie scellerate (algo así como “Historias nefastas”) como Cuentos de Pasolini, buscando poco sutilmente que el espectador lo relacionara con los citados títulos de la Trilogía de la Vida, estrenados poco antes también en nuestro país.
Sin ser, por tanto, una película de Pasolini, se puede decir que su mano y la de su equipo se aprecia en la puesta en escena. De hecho, Sergio Citti fue su alumno más aventajado y, aunque sin llegar ni de lejos al nivel del maestro, tuvo una cierta carrera como director.
Lo malo del caso es que esta es una película que se quiere pasoliniana pero sin Pasolini a los mandos, aunque se note que echó una mano, y consecuentemente le falta la chispa de genio del poeta. Citti, así, consigue un film apreciable, correcto, pero sin talento, que se deja ver sin más complicaciones.
(03-09-2021)
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