El camino de la droga

La Interpol decide interrumpir el circuito por el que la droga se distribuye en el mundo. Para ello, un agente especial de la Brigada de Estupefacientes se infiltra en la filial de la organización, situada en Italia, para descubrir y destruir los contactos internos de ese sindicato del crimen...

Enzo G. Castellari, nombre artístico de Enzo Girolami (Roma, 1938), es un profesional del cine todavía en activo cuando se escriben estas líneas, que sin duda conoce su oficio como director. Se inició como ayudante de dirección y director de segunda unidad, siempre en productos de acción, y también desarrolló una cierta carrera de actor, en papeles secundarios. La mayor parte de su filmografía como realizador está  formada por cintas del subgénero que en los años sesenta y setenta se conoció como “de denuncia”, siempre adobadas por espectaculares escenas de acción, productos en los que se convirtió en un auténtico especialista. A través de esas películas, generalmente de escasa calidad, Castellari se ha ido fogueando en el difícil terreno de la puesta en escena, y esta El camino de la droga es una buena muestra de su trabajo, tratándose de una aceptable película de acción y aventuras. Toca un tema siempre de actualidad, el de la lucha policial contra el tráfico de estupefacientes (en este caso la heroína) y el ambiente mafioso en el que se desenvuelve siempre esa actividad ilegal.

El mayor defecto del film del que hablamos es toda una galería de tipos malos-malísimos que la pueblan, como si de un telefilm de serie Z se tratara, lo que hace poco convincente la narración. Lo mejor de la cinta, la realización de las escenas de acción, particularmente la última media hora, que es una continua persecución rodada con vigor y capacidad para generar adrenalina a espuertas en el espectador, que es al fin y al cabo de lo que se trata.

Los aspectos técnicos resultan discretos y la interpretación se limita a lo propio en estos casos, con actuaciones meramente estándar. De todas formas, es una pena ver a un actor de la clase de David Hemmings, el inolvidable protagonista de Blow up, de Antonioni, haciendo papelitos para subsistir; Fabio Testi, como siempre, resulta creíble en su personaje de héroe de acción.

(20-10-2021)