El western, a principios de los años setenta, estaba ya tocado de muerte: al clasicismo de los años cuarenta y cincuenta, los mejores decenios del género, siguió el eclecticismo de los primeros años sesenta y, a mitad de esa década, la llegada del “spaghetti-western”, que bastardeó las películas del Oeste hasta autoparodiarse con el que damos en llamar “western-trinitario” (por Le llamaban Trinidad y las mil secuelas que produjo). Pero a principios de los años setenta todavía se hizo una obra maestra del género, esta El día de los tramposos, un western crepuscular con una historia revulsiva a fuer de clásica.
Un forajido, tras robar y esconder su botín en un nido de serpientes, es detenido y llevado a una prisión de altísima seguridad y bajísima higiene. Allí conocerá a un alcaide honrado a carta cabal, que rechaza compartir con él su fortuna robada a cambio de permitirle la huida. Entonces comenzará el enfrentamiento de ambas inteligencias privilegiadas. Joseph Leo Mankiewicz hizo con este su penúltimo filme, una obra sólida y espléndidamente realizada sobre el bien, el mal y lo ambiguo de sus fronteras, y con un delicioso final en el que se retuerce inopinadamente el axioma de que el bueno siempre gana. Magníficamente servida por dos estrellas de la talla de Kirk Douglas y Henry Fonda, la película cuenta además con extraordinarios secundarios como Burgess Meredith, Warren Oates o Lee Grant.
El día de los tramposos -
by Enrique Colmena,
Jun 06, 2006
5 /
5 stars
Clásico y revulsivo
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