Un mercenario, Jerry Fanon, se compromete con el FBI a secuestrar a uno de los hombres más ricos del mundo, Karl Stergner, a la sazón uno de los mayores narcotraficantes de la Historia, que ha escapado de Estados Unidos y del que no se tienen fotografías desde que tenía 20 años; el mercenario ha sido recomendado para tal tarea por Adele Tasca, antigua amante y ahora reciente viuda, lo que la mujer quiere vengar...
Michael Winner fue un cineasta prolífico, con una carrera que abarcó más de 40 años, quien en su primera etapa se especializó en adaptaciones de obras literarias al cine, mientras que en la segunda y última se dedicó a hacer sobre todo comerciales productos de acción y aventura. Lo cierto es que nunca destacó demasiado como director, siendo lo que podríamos llamar un buen artesano, que sabe sacar adelante con facilidad los encargos que se le hacen.
En El poder del fuego Winner tuvo que trabajar con un guión (en el que él mismo colaboró) más bien farragoso, más propio de los films de espías que de los propiamente de acción y aventuras, que es lo que en principio se reputa esta cinta. Los juegos de dobles e incluso triples agentes se van desenmascarando a lo largo de la cinta, en un continuo esfuerzo por sorprender al espectador, consiguiéndolo solo en parte porque el público está ya muy avezado en descubrir las trampas que los realizadores les tienden y ya es difícil sorprenderle con nada.
Los personajes y situaciones que se describen en el guión resultan casi siempre forzadas, desde el enigmático Stegner, el tercer hombre más rico del mundo, que parece remotamente inspirado en Howard Hughes, hasta el protagonista, Fanon, del que se sacan un doble como por arte de magia, sin más sentido que servir de excusa para dar un nuevo giro a la acción. Además se introduce el personaje de una mujer madura, viuda, que lo mismo está en un bando que en el contrario, con una facilidad pasmosa...
En otros apartados, la fotografía de Robert Paynter es muy aceptable, no así la banda sonora, original del gran Gato Barbieri, que sin embargo aquí no lo vemos nada inspirado, sonando su música a conocida, pareciéndonos poco apropiada para el tono del film. En cuanto a los intérpretes, realizan un trabajo desigual, destacando la profesionalidad y el carisma de la gran Sophia Loren, en un trabajo ciertamente alimenticio, y quedando en un tono inferior James Coburn, O.J. Simpson y Anthony Franciosa.
(23-10-2022)
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