El Principito

La inmortal obra de Antoine de Saint-Exupéry, Le petit prince, conocida en España como El principito, ha sido llevada en numerosas ocasiones al cine y la televisión. En concreto, hemos contabilizado un total de 24 ocasiones, hasta el momento de escribir estas líneas, en las que la famosa novela del escritor lionés ha sido llevado a la pantalla, grande o pequeña, por una disparidad de países (entre otros: Alemania, Francia, Hungría, Grecia, Polonia, Unión Soviética, Estados Unidos, Finlandia, Portugal, Belgica, República Checa...), y en formatos de lo más variado, desde el cortometraje a la serie televisiva, desde el teleteatro al largometraje de ficción, pero también en los diversos continentes posibles, desde la imagen real a la animación, o la combinación de ambas.

Esta El principito que comentamos utiliza la fórmula de urdir una historia en la que incardinar el relato de Saint-Exupéry, de tal forma que no es en puridad una adaptación sin más del texto original, sino que éste forma parte de otra historia, obviamente con puntos de conexión que facilita que el inmortal relato forme parte de manera armoniosa con la nueva trama que se nos cuenta. Así, conoceremos en nuestro tiempo a una niña como de 8 o 10 años, y a su exigente madre. Ambas se preparan para el examen de acceso de la pequeña en la Academia Werth, pero finalmente no lo consiguen... La madre tiene un plan B para que la niña ingrese en el prestigioso centro: le prepara una programación para su vida futura que prácticamente no deja hueco alguno a la improvisación o al aburrimiento. Sin embargo, mientras la madre está en su trabajo por la mañana, la niña descubre que en la vetusta casa colindante un señor mayor, al que llamará El Aviador, le narra una sugestiva historia que le sucedió, muchos años atrás, cuando conoció al que él llama el Principito, un niño que anteriormente vivió en un planeta muy pequeñito, del que partió para conocer mundo... La influencia del Aviador en la vida de la niña será extraordinaria, permitiéndole conocer muchas cosas que en la encorsetada existencia que le tiene programada su madre serían imposibles...

Mark Osborne (Trenton, New Jersey, 1970), el director, es un cineasta especializado sobre todo en el cine de animación, constando en su filmografía la realización de productos tan conocidos como la serie Bob Esponja o Kung Fu Panda, que le valió una nominación al Oscar. La animación de esta versión libérrima de El principito (por cuanto la historia de Saint-Exupéry, como queda dicho, se inserta o circunscribe en otra línea argumental principal) combina el dibujo en 3D con otras formas de animación, en especial la que desarrolla las historias originales escritas por el novelista francés, en cuyo caso Osborne opta por una animación en “stop-motion”, con pequeñas marionetas que ofrecen una sugestiva visión de los personajes de la historia. El director opta por un diseño más antropomórfico en la animación 3D, mientras que la que pone en escena con el procedimiento del “stop-motion” es evidentemente mucho más fantástica, más imaginativa, como corresponde a la parte propiamente de El principito. 

Tiene la película muy buenas soluciones visuales, está muy cuidada técnicamente, con un movimiento muy conseguido, incluso el facial, todo ello para ilustrar el famoso cuento de Saint-Exupéry en un contexto actual, en un mundo que se nos presenta visualmente como un inmenso lugar donde todos son cajas: las casas, pero también los coches, las camas, los autobuses, las aulas... un inmenso universo cenitalmente visto como una infinitud de cajas cuadradas o rectangulares 

Film, como el cuento, de alguna forma existencialista, dirigido a los niños pero que puede (y debe...) ser muy apreciado por los adultos, de los que ni Saint-Exupéry, ni Osborne, tienen demasiado buen concepto, nos parece muy apreciable la idea de utilizar la clásica historia como forma de hablarnos de la vida actual tan mecanizada y diseñada al milímetro, en un elogio de la fantasía versus el realismo, en una a ratos acre y surrealista radiografía sobre el ser humano visto desde la perspectiva de los críos que, como Peter Pan, no quieren crecer y así evitar convertirse en unos seres tan aburridos y faltos de imaginación.

Osborne consiguió que toda una pléyade de actores y actrices norteamericanos y franceses pusieran voz a los personajes en las respectivas versiones en inglés y francés. Así, en la primera estuvieron gente como Jeff Bridges, Rachel McAdams, James Franco, Benicio del Toro, Albert Brooks y Paul Giamatti, y en la segunda, entre otros, Marion Cotillard, André Dussolier, Vincent Cassel y Vincent Lindon. 

(05-10-2022)