CRITICALIA CLÁSICOS
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La comedia negra norteamericana tiene una larga tradición, desde la antediluviana Ser o no ser (1942), de Lubitsch, hasta la reciente El insoportable peso de un talento descomunal (2022), de Tom Gormican, pasando por otros muchos títulos como Arsénico por compasión (1943), de Capra, Pero, ¿quién mató a Harry? (1955), de Hitchcock, Cómo matar a la propia esposa (1965), de Quine, o ¡Jo, qué noche! (1985), de Scorsese, entre otros.
J. Lee Thompson (la “J.” se corresponde con “John”, aunque siempre firmaba solo con la inicial de su primer nombre) fue un cineasta británico de larga trayectoria (1950-1989) que, como tal, no parecía en principio el director más adecuado para la comedia negra, un género para el que parece conveniente una cierta gracia no exenta de (obviamente...) buenas dosis de humor negro. Sus películas hasta rodar esta Ella y sus maridos menudeaban en otros géneros muy distintos, como las aventuras (La India en llamas, Taras Bulba), el thriller de terror psicológico (la estupenda El cabo del terror) o el bélico (la aparatosa pero resultona Los cañones de Navarone). Pero, contra todo pronóstico, pronto se aprecia en el film que Thompson se desenvolvía también con solvencia incluso en los procelosos terrenos de la comedia negra.
La película se inicia con la protagonista, Louisa May, bajando las escaleras, vestida de riguroso luto, en un casoplón pintado de color obsesivamente rosa; después de ella caminan 6 hombres portando un ataúd (también) rosa, que se les escapa y tienen que correr tras él por las escaleras. La protagonista va a las oficinas de Hacienda a donde lleva un cheque por una cifra varias veces millonaria en dólares, pero no se lo aceptan creyendo que está loca y, por tanto, la envían al psiquiatra. Este se entera de que el cheque era bueno, porque realmente tiene dineral; el médico le echa una bronca por querer desprenderse de esa fortuna; entonces ella le contará que todos los hombres que se cruzan en su vida sucumben, y todos por culpa del dinero; le cuenta su vida, y cómo ha ido engrosando ese inmenso tesoro, siempre por la vía de enviudar de maridos muy adinerados...
La película está articulada en sucesivos flashbacks a través de los cuales vamos viendo como la protagonista casa con hasta cinco maridos (de forma consecutiva, no a la vez...), siempre con el dinero como fuente de conflicto; mayormente no por la falta de dinero, sino porque le sobra, con otros tantos maridos que, o bien estaban obsesionados con la riqueza, o bien la despreciaban para después hacerse adictos al trabajo (para conseguir más dinero, por supuesto), o bien no esperaban alcanzar la fama hasta que la consiguen y eso los envilece y los convierte en seres insoportables.
A través de esas cinco historias, que en realidad conforman una sola (la de la protagonista y sus sucesivos cónyuges), iremos asistiendo a esta comedia negra que, en el fondo, no deja de ser otra cosa que una comedia sarcástica que pone de vuelta y media a los ricachones, avasalladores, codiciosos e impíos, en una acerba crítica a la desmedida ambición del ser humano (mayormente en el género masculino...) por prosperar a toda costa. Habrá palos para todos, desde el rico que desprecia a todos los demás por serlo, al modesto que vive felizmente hasta que las penurias le hacen empeñarse en hacerse rico (y encima, lo consigue...), pasando por el pintor de ambiente dadaísta (sí, hasta con pintura automática y todo, en una divertida sátira de la bohemia parisina de los años cincuenta), y hasta el “entertainer” que pasa de ser un don nadie a todo un Gene Kelly (y, lógicamente, lo interpreta este genio del musical...).
Thompson se permite incluso utilizar recursos fílmicos relacionados con las microhistorias de los correspondientes maridos que se harán ricos, como en el segmento en el que se casa con Dick Van Dyke, en la parte del matrimonio en el que ambos son “más-pobres-que-las-ratas”, hecha en forma de película muda, de manera muy ingeniosa, incluso en blanco y negro, y hasta con intertítulos... El episodio ambientado en el París bohemio, con Paul Newman como pareja, tiene también una curiosa recreación, como una vieja película de los años treinta o cuarenta, en blanco y negro, y con el “aspect ratio” (proporción alto/ancho de la pantalla) 4:3, típico de esa época, para reflejar esa vida idílica (hasta que el marido se enriquezca, claro...). Y no digamos el segmento con Gene Kelly, representado como una de esas comedias románticas y con mucha clase de Hollywood, con colores puros, brillante iluminación, preciosos coches y trajes, todo ello en un fastuoso color y CinemaScope, en una idealización del musical clásico norteamericano.
Estamos entonces, o así nos lo parece, ante una comedia muy simpática, también muy negra, con clase, con intención, poco amiga de la plutocracia, en el fondo una acre sátira sobre las muy diferentes formas de ser millonario: rico heredero, hombre de negocios, pintor endiosado, estrella de cine... Es, por supuesto, un canto a la vida sencilla y modesta, muy a contramano del estereotipado discurso del sueño americano que persigue el éxito a todo trance, hasta el punto de que se permite poner en boca de su protagonista, cuando cree que por fin la riqueza les esquiva, una frase que es un (aparente...) oxímoron: “es maravilloso, somos pobres...”.
La peli se beneficia, por supuesto, además de un entonado guion y de una muy apreciable puesta en escena de Thompson, de un repartazo, con una Shirley MacLaine que era ya toda una estrella de Hollywood tras sus éxitos en títulos como El apartamento, La calumnia e Irma la Dulce, pero también con un elenco masculino como para quitar el hipo: Paul Newman (por cierto, un tanto pasado de rosca...), Robert Mitchum, Dean Martin, Gene Kelly y Dick Van Dyke. Como curiosidad, la música de Nelson Riddle recuerda poderosamente la famosa sintonía de la serie televisiva Embrujada, que casualmente comenzó a emitirse ese mismo año de 1964... También como curiosidad, la película fue un fracaso comercial: con un presupuesto de 20 millones de dólares, solo recaudó en todo el mundo 11 millones (fuente: IMDb y The-numbers.com).
(21-04-2025)
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