Un espía norteamericano que ha traicionado a su país, pasándose al bloque soviético, se convierte desde ese momento en el blanco de las dos organizaciones de inteligencia más poderosas del mundo en los años setenta, la CIA y el KGB. El cebo será un antiguo amigo, también espía, y el escenario el Estado de Israel...
Peter Collinson fue un hábil realizador británico que falleció joven, con solo 44 años. Se inició en el audiovisual dentro de la televisión británica, para después pasar al cine, primero en su país y después en coproducciones con otros países europeos y americanos. Habitualmente los géneros de sus películas fueron la intriga, el thriller y la acción. Entre sus títulos más conocidos destacaríamos Un trabajo en Italia (1969), que conoció un “remake” años más tarde, bastante inferior al original; Diez negritos (1974), adaptación de la famosa novela de Agatha Christie, y La escalera de caracol (1975), donde Jacqueline Bisset estaba estupenda en el papel de ciega acosada por un asesino. El cine de Collinson era el de un buen profesional que rodaba con solvencia los encargos que le eran encomendados.
Collinson narra en esta Espía sin mañana, con adecuada convicción, esta historia que recuerda las viejas historias de espías que tan de moda estuvieron en la década de los sesenta. Pero los tiempos ya habían cambiado y aquí ya no se trata del maniqueísmo de los norteamericanos buenos y los rusos malos, sino que, inteligentemente, los guionistas hacen una severa crítica de las dos organizaciones todopoderosas del servicio secreto yanqui y soviético, que juegan con la vida de sus peones como si de una partida de ajedrez se tratara. Los autores del guion toman claro partido en este sentido por la parte más débil de este turbio engranaje, el espía.
La cinta gana mucho en las escenas de acción, resueltas con gran habilidad por Peter Collinson, que se desenvolvía muy bien en esa faceta, especialmente la impresionante persecución en coches del final del film, de lo mejor que se había hecho hasta entonces en este tipo de películas.
Adecuada interpretación, en general, del buen plantel de estrellas que encabeza el reparto, destacando Oliver Reed y Richard Widmark. La fotografía y la música se adaptan bien a los fines pretendidos por la película.
(05-10-2021)
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