Esta película forma parte de la Sección Oficial del 19 Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF).
Aleksandr Sokurov (Podorvikha, Rusia, 1951) es uno de los cineastas rusos de más larga trayectoria; empezó a hacer cine a mediados de los años setenta, cuando el país (bueno, la URSS, que era como una muñeca “matrioshka” en la que cabía la propia Rusia y otros países que después implosionaron a la caída del Imperio Rojo a principios de los noventa) estaba regido por uno de aquellos carcamales, Leonid Brehznev, que fueron cavando la tumba de lo que en 1917 fue un sueño, el sueño de una sociedad justa, igualitaria, libre y avanzada, cuando se produjo la Revolución Bolchevique, para después, progresivamente, convertirse en una pesadilla que duró demasiados años, más de siete décadas.
Sokurov, entonces, ha hecho cine tanto en la dictadura comunista como en la “dictablanda” liberadora de Gorbachov, en la democracia “pluscuamimperfecta” de Yeltsin y en lo que quiera que sea lo que está haciendo Putin desde principios de este siglo, aunque desde luego no es una democracia, ni perfecta ni imperfecta. Sokurov, a lo largo de este casi medio siglo que lleva haciendo cine, ha sido de lo más ecléctico, tanto temática como estéticamente y en formatos audiovisuales, desde largos de ficción a documentales, pasando por cortos y series televisivas; fuera de su país comenzó a ganar fama ya en el siglo XXI, cuando su cine empezó a ser visto internacionalmente y a ganar premios en festivales de todo el mundo, con películas como El arca de Noé (2002), Padre e hijo (2003), Aleksandra (2007), quizá su obra más conocida y reconocida, Fausto (2011) y Francofonia (2015).
Ahora Sokurov, fiel a su eclecticismo, da un triple salto mortal sin red con esta peculiarísima Fairytale, una película de animación digital que imagina lo que podría ser el purgatorio, donde varios estadistas del siglo XX esperan poder entrar en el Cielo; allí nos encontramos entonces a Stalin, Hitler, Mussolini y Churchill; también aparece en algún momento Napoleón, en plan casi ectoplásmico, y el mismísimo Jesucristo, esperando también, como los demás, sin hacer valer sus privilegios como Hijo del Padre. Los estadistas (casi todos dictadores, por cierto) irán desgranando sus frases, con frecuencia más bien “boutades”, que tienen que ver y no tienen que ver, a la vez, con los personajes que las pronuncian. Las maravillosas técnicas digitales nos permiten ver a todos estos Padres de la Patria (más de uno más que Padre, Padrastro…) hablando entre ellos, con frecuencia con diversas efigies a la vez, en imágenes tomadas de los numerosos documentales de las épocas en las que vivieron (y muchos afligieron a muchos, valga el casi palíndromo…) y habilísimamente manipuladas para que digan lo que Sokurov quiere que digan.
Con un humor con frecuencia negro, muy negro, la película del cineasta ruso resulta ser una muy curiosa e innovadora forma de hacer cine, presentar como personajes de una película a gente que no solo lleva muerta décadas, sino que además fueron determinantes en la Historia del siglo pasado. El experimento es válido e incluso valioso, aunque tenemos para nosotros que, a pesar de corto metraje, 78 minutos, son excesivos una vez agotada la sorpresa inicial, viendo a Stalin, Hitler, Mussolini, Churchill y Jesucristo, entre otros, hablando entre ellos como compadres, con sus habituales clichés (los judíos para Hitler, la grandilocuencia vacua de ese pollo buchón que fue Mussolini, el “sangre, sudor y lágrimas” de Churchill…). Llega un momento que la historia puede cansar, porque tampoco se apoya en ningún relato en concreto, sino en el deambular de estos personajes históricos por ese purgatorio mientras esperan que Dios les franquee el paso al Paraíso.
Con todo, nos parece una apuesta interesante y arriesgada, llena de hallazgos visuales, como esos fondos dibujados que buscan imaginar, creativa, dantescamente, el aspecto de este purgatorio o limbo, este no-lugar donde el que espera desespera; o esas riadas humanas, desdibujadas, un poco a la manera de algunos dibujos de Munch, ríos humanos anónimos sobre cuyo destino vital han tenido la última palabra los cuatro dirigentes principales que esperan el Santo Advenimiento (o la apertura de las puertas del Cielo, lo que ocurra antes…).
Buena película, entonces, esta Fairytale (literalmente, “cuento de hadas”…), aunque con ese pecado venial (ya que estamos con temas escatológicos, en su acepción celestial) del metraje excesivo. En cualquier caso, muy curiosa, muy estimulante propuesta que merece ser vista.
(07-11-2022)
78'