Pelicula:

Seguramente la última obra maestra incontestable de Alfred Hitchcock fue Los pájaros (1963). Tras ella todavía haría otros cinco largometrajes, en general con interés, pero sin llegar a los niveles del mentado título o de sus otras cimas, que para nuestro gusto son Encadenados (1946), La ventana indiscreta (1954), El hombre que sabía demasiado (1956), Vértigo (De entre los muertos) (1958) y Psicosis (1960).

Frenesí fue su penúltima película. Aquí Hitch optó por volver a rodar en su tierra, en Inglaterra, en el Londres setentero, con el horrible “look” de la época (esos espantosos cuellos de las camisas, esos colores chillones, esos pelados lamentables, tanto en mujeres como, sobre todo, en hombres). Y lo hizo basándose en la novela Goodbye Piccadilly, original de Arthur La Bern, periodista y escritor de novelas policíacas, un autor no precisamente distinguido, pero que aportó en este caso la sustancia sobre la que el gran Hitch montó su trama.

Londres, a principios de los años setenta del siglo XX. La ciudad está conmocionada por los crímenes del llamado “asesino de la corbata”, un depredador sexual cuya tarjeta de visita es la corbata que deja siempre anudada en el cuello de sus víctimas, todas ellas mujeres, todas ellas sexualmente abusadas. Blaney es un pobre diablo, malencarado y tirando a gilipollas, que es despedido de su infecto empleo como camarero en un bar por, supuestamente, beber sin pagar. El hombre visita a su ex, Brenda, que tiene una agencia matrimonial; la secretaria oye como ambos discuten en el despacho de su jefa. Al día siguiente la mujer aparece muerta con una corbata anudada al cuello; la secretaria la descubre al volver de almorzar, habiendo visto a Blaney salir del local, a donde había ido a ver, infructuosamente, a su exesposa, que había sido asesinada por el criminal. Todas las pruebas parecen converger en nuestro pobre infeliz...

Frenesí recuerda de alguna manera a la famosa Falso culpable (1956), en la que Hitch daba una lección de cine, si bien aquí sir Alfred, para marcar distancias, acentuó el carácter agrio y la pésima empatía que transmitía el protagonista, un falso culpable que, sin embargo, es un lamentable ser humano, un tipo con el que nadie se iría de copas; pero no era un asesino, claro...

Con buen pulso, con un divertidísimo humor muy “british” (ese inspector de Scotland Yard teniendo que soportar los estrafalarios platos de la “nouvelle cuisine” que está aprendiendo su mujer...), Frenesí queda como un film menor en la filmografía hitchcockiana, sin por ello dejar de tener valor. No pierde el ritmo nunca (eso sería difícil en un maestro de esa técnica), entretiene y no engaña, y nos hace empatizar, mal que bien, con ese protagonista hosco y enfadado con todo el mundo.

Para la ocasión Hitch decidió prescindir de las estrellas de Hollywood, como ya hizo en su anterior Topaz; aquí tampoco hay actores ni actrices de relumbrón, pero los elegidos funcionan bien, en especial el protagonista, Jon Finch, que se hace especialmente antipático, y sobre todo Alec McCowen, que hace del sagaz inspector que rastrea los crímenes mientras tiene que lidiar en casa con los horribles platos que le endilga su mujer.


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116'

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Frenesí - by , Dec 18, 2018
3 / 5 stars
El asesino de la corbata