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Ang Lee es un cineasta chino taiwanés, aunque formado en Estados Unidos, que desde hace casi tres décadas viene haciendo cine en su país natal y en el que está afincado, generalmente con fortuna crítica y comercial. Llamó la atención al principio de su carrera desde su tierra con El banquete de boda (1993), y después ha filmado títulos tan conocidos y reconocidos como Sentido y sensibilidad (1995), Tigre y dragón (2000), Brokeback Mountain (2005) y La vida de Pi (2012). Cuando se escriben estas líneas ha ganado ya dos Oscar, así que estamos hablando de un cineasta plenamente integrado en Hollywood.

Sin embargo, desde 2016, fecha de estreno de su anterior Billy Lynn, no ha vuelto a rodar, por lo que este Géminis tiene toda la pinta de proyecto ajeno que se le ha encargado por su trayectoria y profesionalidad, pero sin que tenga mucho que ver con el cineasta taiwanés. El hecho de que sea un (otro) vehículo a mayor gloria de la estrella Will Smith abona esa sensación, y la visión del film, en el que Lee pone su oficio pero en el que no se implica en absoluto (como sí lo ha hecho en la mayoría de su filmografía más personal), nos hace pensar que estamos ante un producto puramente alimenticio.

Henry Brogan es un francotirador de puntería prodigiosa, a sueldo de una secreta agencia norteamericana (un trasunto de la CIA, claro) dedicada a eliminar, teóricamente, a personajes perniciosos para la humanidad. Brogan tiene ya una edad (51 años, como se remarca en varias ocasiones) y decide retirarse, pero se entera de que su último “encargo” no era tan peligroso como le habían dicho, por lo que él mismo se convierte en un elemento incómodo, y entonces la agencia secreta estatal decide liquidarlo... y se lo encarga a una versión de sí mismo con 30 años menos, un clon creado para sustituirlo...

Como vehículo de acción, ciertamente, Géminis es notable: las escenas de este tipo están realizadas con un gran ritmo y verosimilitud (dentro de lo inverosímil de este tipo de escenas, claro está...), con un extraordinario uso de los efectos digitales, tanto que a ratos parece que estamos en un vídeojuego antes que en una película, pero con un realismo sorprendente. La utilización de tecnología CGI para recrear el clon del personaje de Will Smith es ciertamente notable. Pero, con todo, parece claro que aquí lo que interesaba era reventar las taquillas, lo que, sin embargo, no va a suceder: su estreno en el mercado USA-Canadá se ha saldado con apenas 20 millones de dólares de recaudación en el primer fin de semana, cuando el presupuesto rozaba los 140 millones, augurando con ello un considerable costalazo en taquilla.

Pero el tema central, el de la clonación, pero también el de la tormentosa relación padre-hijo (ejemplificada en la que mantienen el clon de Smith con su padre adoptivo, Clive Owen), se queda en la mera superficie, no ahonda en la cuestión, apareciendo la figura de Edipo de forma meramente utilitaria para adornar lo que realmente ha importado a los productores yanquis y chinos y a los guionistas, entre ellos David Benioff, uno de los dos creadores de la célebre serie Juego de tronos. Lee pone su oficio, que es mucho, pero no aporta nada en esta relación a tres bandas entre padre adoptivo, hijo clónico e individuo clonado, lo que podría haber dado mucho juego, despreciado en aras a añadir muchos ceros a la cuenta corriente de los productores, lo que ya hemos visto que no va a suceder.

Will Smith, por ahora desestimada su pretensión de conseguir un Oscar (premio al que estuvo nominado por Ali y En busca de la felicidad), va con el piloto automático en sus dos personajes, sin mayor implicación. Mejor está Mary Elizabeth Winstead, que es buena actriz y lo demuestra siempre, aunque sea en productos que necesiten simplemente de sus buenos oficios, sin más, como es el caso. Clive Owen nos parece sobreactuado en su papel de villano, sin matices, demasiado maniqueo, un halcón al que le viene grande el metafórico personaje de Layo, el padre de Edipo, creado este “ad hoc” como si de una alegórica oveja Dolly se tratara.

(16-10-2019)


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117'

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Géminis - by , Oct 16, 2019
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Cuando Edipo es la oveja Dolly