Se ha dicho, con razón, que Granujas de medio pelo es el regreso de Woody Allen a sus orígenes, al tono de comedia entre "slapstick" y marxiana de Toma el dinero y corre, Bananaso Sueños de seductor (aunque ésta la dirigiera nominalmente Herbert Ross, era un Allen puro). Pero no es exactamente así; veamos: aunque hay un cierto tono que recuerda, incluso argumentalmente, al primero de los títulos citados (hay hasta una secuencia que simula un reportaje televisivo, fórmula narrativa utilizada en Toma el dinero...), incluida la profesión del protagonista, en ambos casos un ladrón de poca monta con menos cerebro que un mosquito, lo cierto es que el escenario en el que se plasma la historia está más emparentado con su habitual paisaje de pareja que se ha hecho célebre a lo largo de su filmografía, sobre todo desde Annie Hall, que puede considerarse su primera gran película.
No es Granujas de medio pelo un mal filme; sin embargo, tiene un grave problema: si hubiera sido realizado tras, por ejemplo, El dormilón, allá en los primeros años setenta, hubiera sido celebrado como un paso más en la carrera de un cómico que hacía humor con materiales tales como la torpeza de los personajes y los agudos chistes de los "shows" de cabaré. Rodado a las puertas del siglo XXI, con un bagaje anterior compuesto, entre otros, por títulos como Manhattan, La rosa púrpura de El Cairo y Maridos y mujeres, desmerece considerablemente. En dos palabras: no se puede rodar Ciudadano Kane y después manufacturar El 6º día...
La historia es simpática, con esta pareja de parias que hacen fortuna de la forma más impensada, y Allen aprovecha para dar varios zurriagazos, desde los memos nuevos ricos que quieren ser, además, cultivados y con estilo, hasta la casta de los intelectuales, tan displicentes con los neófitos millonetis como prestos a desplumarlos a la menor ocasión. Pero se echa en falta la altura de otras de sus obras, también ligeras pero mucho más elaboradas e inteligentes, como Misterioso asesinato en Manhattan, La comedia sexual de una noche de verano o Poderosa Afrodita. Confirma así Woody, como ya demostró en su anterior (y patética, a fuer de mala) Acordes y desacuerdos, que no pasa por una buena racha. ¿Será la influencia de Son Yi?
Granujas de medio pelo -
by Enrique Colmena,
Jan 01, 2000
2 /
5 stars
Regreso a los orígenes
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