Pelicula:

Joe Wright es un director peculiar: curtido en series televisivas británicas (lo cual, ciertamente, es un aval sobre su capacidad para dirigir con gusto y buenas hechuras), después se inició en la gran pantalla con una interesante aunque enésima adaptación del Orgullo y prejuicio janeausteniano, y posteriormente realizó una variante sobre el tema romántico en la que seguramente es su mejor película, Expiación. Más allá de la pasión. Su siguiente empeño, El solista, ya bajo pabellón USA, decreció en interés, embarcado en una de esas historias de redención a través del esfuerzo que tanto gustan a los yanquis, y que (por qué no decirlo) el resto de la Humanidad nos tragamos no sé si con fruición o entre arcadas.


Este Hanna es otro error en la carrera de Wright, que se esperaba feraz y lleva camino de ser feroz. Es un híbrido a medio camino entre el thriller y el cine de acción, con influencias o préstamos, según se quiera, de títulos tan dispares (o quizá no tanto) como el Ojos de fuego inspirado en la novela de Stephen King, o Soldado universal, con el ínclito Jean-Claude Van Damme. Sin la clase habitual en su director, Hanna resulta ser un fiasco, un film que no se sabe muy bien a qué juega, si a denunciar los manejos de la (tan manida) agencia de inteligencia de las tres letras en busca de especímenes que les den ventaja en la lucha con el enemigo (porque siempre hay un enemigo: un nazi, un rojo, un musulmán, y así ad nauseam), o si busca indagar sobre la capacidad del ser humano para reinventarse partiendo casi de una situación a lo Buen Salvaje rousseauniano; eso sí, con unos demoledores conocimientos de la lucha cuerpo a cuerpo que  le convertirían en un Buen Aunque Muy Peligroso Salvaje…


Estilísticamente impecable (Wright conoce perfectamente las reglas ortográficas audiovisuales), sin embargo la visión del film deja la sensación de que se hizo rutinariamente, como si a Wright este thriller con niña cuyo ADN se ha modificado para convertirla en una máquina de matar al servicio del Estado de turno, literalmente, le importara una higa, y sólo esperara a que el saco de dólares, o de euros, cayera como una piñata sobre su cuenta corriente.


Es cierto que entre tanta ganga, entre tanta desgana, hay alguna perla, como la percutante escena en la que la niña escapa de la prisión de alta seguridad en la que ha sido confinada, rodada con una precisión como de escalpelo, firmemente montada y vigorosamente narrada en una secuencia primorosa. Pero parece que, acabado ese dije, Joe Wright se olvidara de que un collar no se puede hacer sólo con una piedra preciosa, y que si el resto son perlas de plástico, el resultado estará más cercano de la baratija que de la joya.


Eso sí, habrá que decir que Wright es un cineasta encomiablemente fiel a sus actores: aquí aparece de nuevo Saoirse Ronan, en un personaje diametralmente opuesto al que interpretó en Expiación…, y también está Tom Hollander, además con un papel de villano carente de cualquier atisbo de piedad, y que ya estuvo también en El solista y en Orgullo y prejuicio.


(19-06-2011)


 


Hanna - by , Dec 25, 2021
1 / 5 stars
Cuando la rutina gana al talento