Hero

Con películas como Sorgo rojo o La linterna roja, el director Zhang Yimou fue el primero en abrir el mercado occidental a toda una pléyade de realizadores orientales que empezaron a ser conocidos y reconocidos en salas, y sobre todo, en festivales del todo el mundo. Se comprende así que de los problemas de otros tiempos con la censura de su país natal Yimou ha pasado a ser una gloria nacional, permitiéndose el lujo de filmar –tras obras sencillas y modernas como El camino a casa o Happy Times— la cinta más cara de la historia del cine chino, esta Hero que llega ahora a nuestras pantallas.

Y el dinero se ha gastado bien porque Hero es una cinta bellísima, espectacular, fascinante, donde se confirma la fuerza plástica que siempre ha tenido el cine de su director, pero esta vez al servicio de un relato más llamativo y vistoso. Se nos cuenta la historia de Qin, el soberano unificador que en el siglo III anterior a la era cristiana supo vertebrar su país y convertirlo en un fuerte imperio.

No pretende Yimou en esta ocasión un film complicado o de tesis, definiendo a sus personajes más por lo que les vemos hacer que por sus parlamentos. Es una hábil mezcla de cine oriental y narrativa occidental, con títulos de otros autores, como El emperador y el asesino o la famosa Tigre y Dragón, como referencias inevitables. A tenor del carácter comercial de la cinta, Zhang Yimou ha repescado del cine de Hollywood a la estrella oriental Jet Li y a la bella Zhang Ziyi, brindándonos entre todos una hermosa película que entra por los sentidos y gusta al espectador.