CRITICALIA CLÁSICOS
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El director Lewis Milestone, nacido en Rusia pero emigrado a Occidente en su juventud, seguramente será recordado por la Historia del Cine como el realizador de la vibrante Sin novedad en el frente (1930), la notable versión de la novela antibelicista homónima de Erich Maria Remarque. Pero Milestone también hizo otros films de mérito, algunos en el género del melodrama, como la interesante El extraño amor de Martha Ivers (1946), y otros en el de la comedia, como Un gran reportaje (1931), la primera de las cuatro versiones que el cine ha hecho de la obra teatral The front page, de Ben Hecht y Charles MacArthur. También esta La cuadrilla de los once es una comedia, aunque entreverada de thriller, en su variante “golpe perfecto”.
Las Vegas, a principios de los años sesenta. Un grupo de amigos, que forjó su amistad como combatientes en la Segunda Guerra Mundial, pero que tienen todos en común ser más amigos de lo ajeno que de lo propio, deciden, a las órdenes de su jefe natural, Danny Ocean, asaltar simultáneamente cinco casinos de la ciudad del juego. El minucioso plan, sin embargo, quizá tenga alguna falla...
Aunque pudiera parecer que Milestone era un cineasta poco proclive a los films de humor, películas como esta lo desmiente: no es que La cuadrilla de los once sea una gran obra, pero sí mantiene razonablemente bien el interés, resulta fresca y simpática, con buenos diálogos, y el tono de humor (con frecuencia negro, sobre todo en la sarcástica escena final) se mantiene bien durante todo el metraje. Lástima que el guion cargue mucho la mano en los preparativos, sobre todo con el más bien estomagante personaje de Akim Tamiroff, supuestamente el urdidor del plan, pero al que se la da mucha más cancha de la aconsejable. Sin un cuarto de hora de la cháchara inicial del susodicho la película hubiera sido más liviana. Sin embargo, cuando se entra a fondo en los asaltos simultáneos a los casinos, la película coge velocidad, ritmo y soltura, y ya no permite que el espectador pierda el interés.
Por supuesto, no era la primera vez, ni mucho menos, que el cine mezclaba comedia y golpe perfecto. Recuérdese, sin ir más lejos, la estupenda Rufufú (1958), en la que Mario Monicelli parodiaba con tino y mucho sentido del humor un clásico del cine negro como fue Rififi (1955), de Jules Dassin. Lo cierto es que la película de Milestone hizo escuela, y varias décadas más tarde permitió que se hicieran costeados y libérrimos remakes, iniciados por Ocean’s eleven (2001), Ocean’s twelve (2004) y Ocean’s 13 (2007), y más reciente una versión en femenino, Ocean’s 8 (2018).
Con unos bonitos y divertidos créditos iniciales, utilizando con habilidad temas de juegos de casino, La cuadrilla de los once tuvo un éxito bastante apreciable, alcanzando tal popularidad que incluso el cine español de la época se permitió hacer una parodia, La pandilla de los once (1962), con Pedro Lazaga a los mandos y un buen número de actores cómicos del cine hispano de los años sesenta.
La película también se recuerda por ser una de las que consiguió reunir prácticamente al completo al llamado clan Sinatra, también conocido como “rat pack”: el propio Sinatra, más Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford, Joey Bishop, e incluso un par de actrices que, ocasionalmente, también formaron parte del grupo, las estupendas Angie Dickinson y Shirley MacLaine (esta curiosamente sin acreditar).
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