La jungla en armas

Durante los 42 años que duró su carrera cinematográfica, Henry Hathaway fue un consumado director especializado en temas aventureros. De su cámara y su talento para la acción surgieron películas como “El beso de la muerte”, “El príncipe valiente”, “La conquista del Oeste”, “Los cuatro hijos de Katie Elder” o “Niágara”, a veces mezclando la aventura con otros géneros, como el “western” o el melodrama. En “La jungla en armas” Hathaway puso su bien conocido oficio al servicio de una historia ambientada en una guerra colonial que nos pilla muy de cerca: se trata del conflicto bélico desatado en Filipinas durante el siglo pasado, cuando Estados Unidos y España luchaban por el control del archipiélago, hasta entonces en poder de los españoles.
Evidentemente, siendo la película de nacionalidad yanqui, existe un sesgo claramente filonorteamericano, aunque hay que tomar la cinta como lo que es, una aventura que tiene lugar en Filipinas durante aquella conflagración como podría haber sido situada en cualquier otro sitio y momento. Hathaway dirige con nervio y buen pulso narrativo esta historia levemente cruenta, en la que se cuentan las peripecias de un grupo de “scouts” en semejante paisaje acribillado de balas y bayonetas.
A destacar la música del maestro Alfred Newman, así como el poderoso blanco y negro de Rudolph Maté. En el reparto, Gary Cooper compone su habitual rol de hombre bueno, en este caso implicado en una guerra que detesta pero en la que se ve obligado a tomar parte. Entre los secundarios hay gente magnífica, como el inestimable Broderick Crawford, uno de los duros más sobresalientes del cine americano, junto al mucho más blando y dandy David Niven, escasamente dotado para películas bélicas, aunque la guerra contada en “La jungla en armas” tenga algo de “light”.

Duración

95'

Año de producción

1939

( The real glory )

Los últimos de Filipinas

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