Hay pulsiones creativas de todo jaez, pero algunas son peligrosas: la venganza, o el rencor, no son las mejores consejeras a la hora de crear. Eso le ha pasado a Pedro Almodóvar con esta La mala educación, nacida evidentemente de su experiencia educativa en un colegio religioso, de cuyo hilo ha tirado para elaborar este truculento melodrama que juega con la intertextualidad, en dos planos, real y ficticio, con temas tales como la desenfrenada pasión sexual, la pederastia, el chantaje y la muerte.
Pero el conjunto, como ocurre con más frecuencia de la deseable en el cine de Almodóvar, se resiente de la falta de una idea central, como no sea precisamente la del ajuste de cuentas que el cineasta manchego realiza con su infancia y con la educación recibida. No es suficiente: para hacer cine, aunque a veces se haga con las mismas entrañas, no se puede mirar con las anteojeras del resentimiento, so pena de que ocurra, como en este caso, que los árboles no dejen ver el bosque.
Es cierto que el tono es tan estilizado e impactante como ya es consustancial en el cine almodovariano, pero también que su habitual creatividad visual no aparece aquí por parte alguna, tal vez extasiado el autor de La ley del deseo ante la belleza andrógina de Gael García Bernal o en autobiografiarse idealizada, improbablemente, con el rostro y el cuerpo (obviamente mucho más guapo y delgado que él) de Fele Martínez. Aunque en algún momento se permite la petulancia de poner en boca de sus personajes que estamos ante un film "a la manera" del cine negro, nada más lejos de la realidad; y es que se trata de un thriller con pasiones, pero no apasionado: ¡menuda diferencia!
(26-03-2004)
105'