La máscara del demonio

Mario Bava debutó en la realización cinematográfica con esta adaptación de una historia del gran novelista ruso Nicolai Gogol. Esta ópera prima de Bava fue, inopinadamente, su mejor película: nunca volvería a brillar tan alto. El director italiano debía encontrarse en un raro estado de gracia cuando llevó a la pantalla esta pequeña historia terrorífica de espeluznante clima, magníficamente recreada con escasísimos medios económicos.

Una bruja quemada viva en la antigüedad es revivida accidentalmente. A partir de entonces se sucederán los hechos de terror, sedienta de venganza la hechicera. Mario Bava supo poner en imágenes esta historia de la mejor tradición gótica, la crónica de horrores innombrables agazapados en un pasado siniestro que está esperando sólo un incauto que les llame, les abra la puerta, invoque sus nombres ancestrales.

La protagonista, la horripilante y al tiempo fascinante hechicera, es Barbara Steele, una actriz que dio como nadie el papel de mujer demoníaca, con poderes más allá del Cielo y. sobre todo, de la Tierra. Por su parte, John Richardson se dio a conocer internacionalmente con su personaje en este filme, lo que le permitió más tarde otros éxitos como Hace un millón de años (1966) y una dilatada carrera como actor de cine de terror en Italia (el famoso “giallo”) e incluso en España.

De las estrecheces económicas del proyecto (que no se correspondieron, afortunadamente, con la deslumbrante fuerza del filme) puede dar idea el hecho de que el director, Mario Bava, fuera a su vez coguionista (sin acreditar), director de fotografía, e incluso coautor de los efectos especiales: casi el hombre orquesta…

(03-12-2007)