Pelicula:

Philipppe de Broca (1933-2004) fue un cineasta francés de muy larga trayectoria (estuvo rodando durante más de medio siglo, prácticamente hasta su muerte). Anímicamente afectado por las barbaridades que contempló en la guerra de Argelia, en la que estuvo como camarógrafo, dedicó su carrera fundamentalmente al cine de entretenimiento, con especial interés en géneros como la comedia y la aventura, con frecuencia mezclándolos ambos. Fue un cineasta muy estimado por el público en su época, sobre todo en los años sesenta y setenta, décadas en las que brilló su estrella de buen profesional, en films como Cartouche (1962), El hombre de Río (1964) y El incorregible (1975).

Las tribulaciones de un chino en China (1965) también fue una de sus películas más apreciadas en su momento, una versión muy libre de la novela homónima de Julio Verne, publicada en 1879 por su habitual editor Hetzel. La historia se inicia con un joven, de nombre Arthur, que anula los frenos de su coche para lanzarse por un barranco, pero finalmente se salva. Recuperado por su fiel mayordomo León, pronto nos enteramos de que Arthur, multimillonario, está aburrido de la vida y lleva tiempo intentando suicidarse, sin éxito. Conocemos a su prometida, Alice, a la dominante madre de esta, Suzy, y al padre de la misma, un calzonazos. Pero cuando llega su asesor financiero, este le informa de se ha arruinado por una mala jugada bursátil que le instruyó. Entonces, su mentor chino, el señor Goh, le convence de que, ya que quiere suicidarse, lo haga contratando un seguro de vida de 2 millones de francos, con él mismo y su novia como beneficiarios. A partir de entonces, la vida de Arthur puede acabarse en cualquier momento, y por eso mismo ahora el exmillonario empieza a cogerle gusto a la existencia, así que toca vivir a tope e intentar retrasar que lo maten...

Con un evidente tono cómico, incluso de farsa o vodevil, esta libérrima versión de la novela homónima de Julio Verne se toma libertades bastante peculiares como el hecho de que el chino del título no sea tal, sino francés, aunque ciertamente buena parte de la acción transcurre en China, o más bien en Hong Kong (en 1965, con Mao en la China comunista en plan duro, no estaba la cosa para decadentes rodajes occidentales en la tierra de los muy ortodoxos felones que por aquel entonces gobernaban el país). Es también una versión actualizada, situando la historia en su momento histórico, a mediados de los años sesenta del siglo XX, y no en los años setenta del siglo XIX, como el original literario verniano. El tono de la película, además, es claramente en clave de comedia, mientras que la novela de Verne era mucho más circunspecta.

De Broca opta por hacer una cinta de un humor muy físico, incluso con frecuencia lindando con el “slapstick” o humor de tartazo en la cara y/o patada en el culo, en lo que se podría considerar incluso un homenaje a aquel divertido cine cómico esencial en la etapa muda del cinematógrafo. También usa el director con frecuencia la cámara rápida para acentuar la comicidad de las situaciones, e incluso utiliza el típico par de torpes, un poco a la manera de los personajes de Tintín conocidos en España como Hernández y Fernández, y en los países francófonos como Dupond y Dupont, dos carajotes de libro, especialistas en meter la pata continuamente.

Gusta que la peli no se tome demasiado en serio a sí misma, consciente de su carácter de entretenimiento amable, caricaturesco y a ratos bastante extravagante... Hay, es cierto, un ritmo bastante acelerado, que busca precisamente la comicidad por ese medio, buscando el humor del cine mudo. Habrá también varias alusiones a temas vernianos, como la vuelta al mundo o los viajes en globo, vehículo este último en el que nuestro protagonista y algunos de sus adláteres correrán alguna divertida aventura.

Las referencias humorísticas se superponen unas a otras en esta hiperventilada versión en clave de comedia disparatada, como la espectacular escena de los choques entre coches que remite evidentemente a una moda cinematográfica que en los años sesenta gozó de predicamento, la de las pelis con una estrafalaria aparatosidad en los vehículos a motor, como La carrera del siglo, El mundo está loco, loco, loco, loco, o Aquellos chalados en sus locos cacharros, todos coetáneos de este film. También habrá lugar para el humor de saltimbanquis, con acrobacias en estructuras de tubos que parecerían estar hechas por artistas del Circo del Sol, si no fuera porque faltaban casi dos decenios para que este ente canadiense del entretenimiento fuera fundado; en ese sentido, debe reconocerse que las escenas de acción están muy curradas para la época, buscando con frecuencia una apariencia como de cómix. Y hasta se tira del humor de travestismo, vistiendo a Belmondo de mujer para escapar de sus supuestos perseguidores...

Esta coproducción franco-italiana juega sus bazas sobre todo en su acción frenética, en un humor absurdo y con frecuencia “nonsense”, esa comicidad que se ríe de los tontos, en una trama bastante histérica, en la que abundan (quizá demasiado...) los tiros, explosiones y  carreras, en una película muy espectacular para la época, con continuos desafíos del tipo “más difícil todavía”...

Belmondo resulta ciertamente muy sobreactuado, pero la verdad es que su personaje lo pedía a gritos. La bella aquí es una Ursula Andress en su mejor momento, convertida ya en una musa del cine europeo e internacional tras ser chica Bond en Dr. No, el primer 007. Entre los secundarios aparece, como el fiel mayordomo del prota, Jean Rochefort, un estupendo actor de larga trayectoria, con más de sesenta años de carrera.

(29-03-2025)


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104'

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Las tribulaciones de un chino en China - by , Mar 29, 2025
2 / 5 stars
Libérrima y divertida versión de la novela verniana