La primera película de Antonio Banderas como director supone la entrada con buen pie de nuestro más internacional actor en la difícil tarea de ponerse tras la cámara y contar una historia que tenga interés para el público. Cuenta Antonio, con toda la gracia del mundo, que los yanquis, cuando vieron la película, le dijeron: "Es tan europea...", y que cuando se ha estrenado en España, los críticos de aquí han dicho: "Es tan americana...". Paradojas aparte, probablemente todos tenían razón: es una película de hechuras y estilo americanos; tiene un "look" perfectamente cuidado, con un acabado excelente como tan bien sabe hacer la industria yanqui; pero por otro lado su temática (los malos tratos a la mujer, los derechos civiles) son más propios de las cinematografías europeas.
Basculando con acierto entre la comedia y el drama, entre dos líneas argumentales que a veces resultan algo dispersas, para finalmente confluir en una sola, la película de Banderas tiene un tono agradable a pesar de sus temas broncos, palpitantes en los años sesenta, cuando se ambienta la película, pero lamentablemente de plena actualidad. A pesar de todo, el neófito director insufla un soplo de esperanza a este film que en otras manos podría haber sido un durísimo dramón. Afortunadamente, Banderas apuesta por la confianza en que se puede luchar contra las injusticias y, además, vencer.
Notable trabajo de Melanie Griffith, pero también de un jovencísimo actor de apenas 12 años, Lucas Black, que promete convertirse en una figura del cine en cuanto crezca un par de palmos. En conjunto, Locos en Alabama es una buena película, un prometedor comienzo, un cine que no defrauda.
(07-06-2004)
110'