Marie Curie

La historia de la científica Maria Salomea Sklodowska, más conocida como Marie Curie, se ha llevado varias veces al cine; que recordemos, Madame Curie (1943), de Mervyn LeRoy y Albert Lewin, con Greer Garson y Walter Pidgeon encarnando al matrimonio, y Los méritos de Madame Curie (1997), de Claude Pinoteau, con Isabelle Huppert y Charles Berling, este último como Pierre Curie, personaje que vuelve a repetir en esta nueva versión, Marie Curie (2016), de Marie Noëlle, siendo la coprotagonista su compatriota Karolina Gruszka, que hace un estupendo trabajo. En televisión se han hecho cerca de cuarenta series y tv-movies.

Fue Marie Curie la primera mujer en ganar dos Premios Nobel y también una cátedra en la Universidad de la Sorbona de París. La actriz polaca Karolina Gruszka se mete en la piel de su compatriota, la científica que, de camino a su segundo Nobel pierde a su marido, Pierre, en 1906, en un trágico accidente, atropellado por un carruaje que le fracciona la cabeza, con el que logró conjuntamente el Nobel de Física y tuvo que continuar viuda y con dos niñas.

Marie Noëlle firma este biopic en el que Curie, se aferra a sus estudios científicos en un mundo dominado por hombres que la despreciaban, en el que una mujer no estaba bien vista. Fue fustigada por una sociedad científica machista y misógina, a la que una prensa hipócrita la culpaba de atea extranjera y con miles de detractores a su alrededor, aunque halla un buen aliado en un joven Albert Einstein y en Paul Langevin, un hombre casado y con una hija, que fue alumno de su esposo, cinco años más joven que ella, con el que mantuvo un romance, una vez muerto su marido, y fue difamada por cometer adulterio, lo que estuvo a punto de que la Academia sueca le privara del Nobel de Química, que logró ya en solitario por el descubrimiento del polonio.

En esta película se pueden distinguir dos partes, una primera centrada en el descubrimiento del radio en compañía de su esposo, y una segunda dedicada a la vida privada y amores de Marie, que sucede entre los dos premios Nobel, el de Física en 1903 y el de Química en 1911. El guion, que es muy fiel a lo que fue su vida, no sólo habla de su trabajo sino también de su compleja historia privada, en sus necesidades como mujer que provocó un escándalo y fue menospreciada por unas relaciones que no estaban bien vistas.

Además destaca la fuerza de voluntad, el espíritu de lucha por lograr sus propósitos, en trabajar con sus descubrimientos en beneficio de la Humanidad en la curación del cáncer, teniendo además que luchar contra el antifeminismo de la época en la que la mujer estaba vetada para ciertos trabajos como las cátedras de enseñanzas en la universidad o para ocupar un sillón en la Academia, a lo que se oponían los hombres.

Marie Noëlle, directora francesa afincada en Alemania, que debutó en el largometraje con La mujer del anarquista (2008), a la que siguió Luis II (2012), ambos codirigidos con su marido Peter Sehr, realiza con su tercera cinta y primera en solitario tras la muerte de su esposo, una puesta en escena correcta e interesante, con una cámara fluida y muy bien ambientada.