En vista de lo bien que marchan las películas de animación digital, la Paramount ha decidido entrar a competir en ese mercado. Para este debut ha contado con la inestimable colaboración de la Industrial Light and Magic de George Lucas, que es la primera vez que hace un film íntegro de este género y en el que es realmente asombroso el realismo de imagen que ha conseguido, ya que parece que los personajes están fotografiados, más que confeccionados mediante un ordenador.
Es igualmente la primera vez que el realizador Gore Verbinski, quien dirigió los tres primeros episodios de Piratas del Caribe, se atreve con una producción de animación, y a decir verdad ha logrado un notable resultado.
Rango es un camaleón con crisis de identidad, que está acostumbrado a vivir cómodamente en su terrario, en el que ensaya como actor obras teatrales clásicas que, por un azar del destino, queda perdido en un desierto del Oeste en el que tiene que ingeniárselas para permanecer con vida. Tras un viaje iniciático llega al poblado de Polvo, donde la poca agua que hay la maneja el director del banco, quien la entrega a sus habitantes en pequeñas dosis y así los tiene sometidos. Cuando Rango es nombrado sheriff, se ve obligado a convertirse en un héroe y a pelear para conseguirla, consiguiendo de esta forma la libertad para los pobladores del lugar.
Rango es una interesante cinta de animación que hace un homenaje al género del western europeo que tanto rodaron por estos lares Sergio Leone y Clint Eastwood, (este último aparece en unas imágenes), incluso en la música que ha compuesto Hans Zimmer con algunos acordes que recuerdan sus películas.
A pesar de ser una producción de animación es necesario advertir que no se trata de un film propiamente infantil, a pesar de que sean sus personajes interpretados por animales, sino más bien para adultos, con guiños para cinéfilos y con cierta profundidad en su argumento, con un humor que los niños no captan de su compleja narración, con distintos niveles simbólicos y metafóricos, a lo que contribuye el grupo de búhos mariachis con sus canciones, que actúa a manera de coro de tragedia griega haciendo que avance la historia.
La cinta tiene personalidad propia y no copia las características del género animado, encerrando entre sus imágenes una parábola de cómo el oeste americano progresó hasta transformarse en la Norteamérica actual. Un guion denso, que no se queda en la superficie, que hace una sátira sobre el depredador capitalismo que hizo de Estados Unidos un gigante económico.
La animación tiene una gran expresividad en los personajes insertos en ese oeste demencial, con un tono a veces gamberro, con bromas disparatadas y alguna moraleja, por ejemplo sobre no edificar una existencia con mentiras para convertirse en un héroe dispuesto a salvar el planeta.
Estupendo el diseño de tipos y caracteres, con espectaculares escenas de acción bien resueltas, para una película de animación que es sencillamente singular en su género.
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