Pelicula:

CINE EN SALAS   

Ilker Çatak (Berlín, 1984), hijo de inmigrantes turcos en Alemania, vivió durante parte de su infancia con su familia en Estambul, aunque finalmente volvió a su tierra natal, donde se graduó en cine en la prestigiosa Dekra Hochschule für Medien, la Universidad de Medios Dekra de Berlín. Está haciendo cine desde muy joven, prácticamente desde los veinte años, aunque en su gran mayoría en el formato de cortometraje; también se dedica al cine publicitario. En el apartado de largos de ficción hasta ahora ha rodado, incluida esta Sala de profesores, un total de cinco películas, en las que suele aparecer la cuestión racial, en concreto el papel de los turcos (la minoría étnica más numerosa de la República Federal) en la sociedad alemana de nuestro tiempo. Pero no es normalmente la cuestión étnica la temática central en el cine de Çatak, sino un tema colateral, que baña el tema tratado pero no lo impregna.

Es el caso también de esta notable Sala de profesores, que ha concitado general aplauso en crítica y público, habiendo obtenido cinco Premios Lola (los equivalentes en Alemania a nuestros Premios Goya), entre ellos los de Mejor Película y Mejor Dirección, y está nominado también al Oscar a la Mejor Película Internacional (actual denominación del antiguo Oscar a la Mejor Película en Habla No Inglesa). Aquí estamos en un ambiente escolar, en nuestro tiempo, en un colegio de secundaria localizado en Hamburgo. Conocemos a Carla Nowak, profesora del centro educativo, de padres polacos; tiene muy buena sintonía con sus alumnos, o al menos eso parece. En el colegio llevan a cabo una estricta política de tolerancia cero con temas como los hurtos o robos, y se plantea al principio que han existido varios de estos casos y se pretende atajarlo de forma expeditiva; pero la forma en la que se afronta por parte del colegio, señalando indirectamente a un alumno de etnia turca, indignará a Carla. Sin embargo, la profesora, intentando descubrir al amigo de lo ajeno, idea una estratagema (poner una trampa al ladrón o ladrona) que desencadenará una imparable espiral de enfrentamientos y conflictos...

Gusta Sala de profesores por ser una película que, planteando un tema complejo (cómo afrontar seria y exitosamente el pequeño latrocinio en el seno de una comunidad educativa, sin caer en racismos, prejuicios ni xenofobias), no resulta nunca maniqueo; de hecho, la protagonista intenta precisamente aclarar la autoría de los robos para desviar las sospechas de quienes ella cree (y no le falta razón...) que están siendo señalados más o menos sutilmente como sospechosos por su origen extranjero (ya se sabe: los malos supuestamente siempre tienen otro color, u otra religión, u otra ideología...). Pero en ese empeño se meterá en un charco del que no podrá salir, al salpicar a otra persona (y a su hijo, alumno suyo), con lo que ello supone de situación convulsa en un centro educativo que es, en buena medida, un microcosmos a escala del mundo, de la sociedad germana, con sus reticencias, con su racismo latente y a veces patente, con sus problemas que se van enredando hasta hacerse prácticamente irresolubles.

Ese microcosmos está muy bien delineado por Çatak y su habitual guionista, Johannes Duncker, con las posturas enfrentadas en esa “sala de profesores” que será el epicentro de la historia, no solo como lugar de la trampa que lo precipita todo, sino también donde aflorarán las diversas posturas de los maestros, incapaces de reencauzar una dinámica de hechos que amenaza gravemente la paz de la escuela.

Çatak se muestra como un cineasta seguro, solvente, con una narración clásica, realista con algún excurso fantástico (potente excurso: -¡atención: spoiler!- esa prota rodeada por un mar de personas vistiendo todos la misma camisa delatora...), revelándonos por qué, aún con un escaso bagaje de cine, ha llegado ya tan alto en la consideración en su tierra alemana, pero también en el resto del mundo, con nominaciones al Oscar, al Goya y a los Premios del Cine Europeo.

Cine dramático adulto, que habla inteligentemente sobre las complicadas relaciones personales en un ámbito tan sensible como el colegial, donde también, casi de forma implícita, se reconoce la dificultad hoy día del duro oficio de la enseñanza, valorando aún más la difícil tarea de los profesores, hogaño más que nunca una profesión vocacional, en la que el discurrir del día a día es un campo de minas para el que no siempre se tienen las herramientas necesarias para gestionarlo.

Gran trabajo de la protagonista, Leonie Benesch, a la que vimos por primera vez, muy jovencita, en La cinta blanca, la denuncia de Michael Haneke sobre el protonazismo, y ya más mayor en un papel secundario en la monumental serie The crown y en el largometraje El profesor de persa; Benesch consigue el punto exacto de desvalimiento y determinación que requería su personaje, un personaje zarandeado por unas circunstancias que la superan, en un trabajo que ha sido reconocido, entre otros galardones, con el Premio Lola (ya saben, el Goya alemán) a la Mejor Actriz Protagonista, y otros laureles similares en festivales como Berlin y Palm Springs. A su lado, el jovencísimo Leonard Stettnisch nos ha gustado mucho, un chico como de 12 años con notable capacidad para interiorizar un papel complejo, el niño que lo apuesta todo por su madre, aun quizá a sabiendas de que, en el fondo, es culpable de lo que se le imputa, pero cuyo reconocimiento de tal hecho supondría lo más parecido a un infierno sobre la Tierra.


(08-02-2024)


 


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98'

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Sala de profesores - by , Feb 08, 2024
3 / 5 stars
Una imparable espiral