Scott Pilgrim contra el mundo

Tras hacer varias series de televisión y algunos títulos que fueron a parar directamente a las estanterías de video, el joven director Edgard Wright, 36 años, que tiene en su haber dos horribles títulos como Zombies Party (2004) y Arma fatal (2007), encara ahora una comedia de adolescentes con marcado acento indie, que trata en cierta manera de modificar el género al introducir en ella el cómic y también algunos aspectos de los videojuegos.

Cuenta la historia de Scott Pilgrim, un chico de 22 años, sin oficio ni beneficio, que es el bajista del grupo pop Sex Bob-omb que ensaya constantemente con sus amigos a la espera de poder tener alguna actuación. Acaba de conocer a Ramona Flowers, la chica de sus sueños, cuando está saliendo con una colegiala japonesa. Es atractivo y no tiene problemas para conseguir novias, el problema es dejarlas después. Pero en este caso tiene que enfrentarse a los siete ex-novios de Ramona, que quieren matarlo, entre ellos un patinador infame, un rockero vegetariano y dos terroríficos gemelos. Uno a uno tendrá que ir venciéndoles a todos, lo que hace que se alargue el argumento innecesariamente

En esas peleas se incluyen viñetas de tebeos con las expresiones características de los mismos, el ring ring del teléfono y otros sonidos propios de los tebeos, que interrumpen la imagen de esta historia estrambótica que trata de explotar las posibilidades del cómic pero que en vez de enriquecerla, más bien la estropean.

El relato no tiene el más mínimo interés, siendo su argumento reiterativo, superficial en torno al amor, la amistad, la homosexualidad de su mejor amigo y la irresponsabilidad de la juventud en muchos casos referente a estos temas, para terminar queriendo ser ejemplar.

El experimento no ha dado resultado, ya que con un presupuesto de 60 millones de dólares, cosa que no es barato para una comedia de esta clase, tan sólo ha recaudado poco más de 20 millones en Estados Unidos, lo cual no nos extraña ya que esta mezcla de cómic manga y videojuegos no ha sido admitida por el público adulto y al parecer tampoco por los jóvenes a los que iba dirigida especialmente.

Un híbrido de comedia y film de acción con drama romántico, raro, estrafalario, cutre, casposo, friqui, con un delirante perfil social y psicológico de manifiesto generacional, que sorprende y aburre en todo momento, con su gamberrismo cafre sin sentimientos ni emociones.