Pelicula:

Nadav Lapid (Tel Aviv, 1975) es un director israelí que tiene tras de sí una carrera no demasiado larga, con algunos títulos conocidos en España, como Policía en Israel (2011) y, sobre todo, La profesora de parvulario (2014), que le mostró como un cineasta sensible, con capacidad para contar historias diferentes. Tras algunos títulos que no se han estrenado en nuestro país, llega ahora con este film, Sinónimos, avalado nada menos que por el Oso de Oro en el Festival de Berlín, la Berlinale, el segundo certamen de cine más importante del mundo, tras Cannes.

Y lo cierto es que nos parece desmesurado el premio. Reconociendo la buena factura y la, en principio, interesante historia, lo cierto es que el resultado no llega a satisfacernos. La acción se desarrolla en nuestros días, en París, a donde llega Yoav, veinteañero israelí, con intenciones de afincarse en Francia. Por razones que desconocemos, y que no terminan de explicarse bien, detesta su tierra de origen y quiere empezar de nuevo en otro país; para ello, lo primero que hace es dejar de hablar hebreo, aunque se dirijan a él en esa lengua, y hacerlo solo en francés, para lo que lleva siempre consigo un diccionario en el que va buscando sinónimos, a veces rebuscados, de las palabras que utiliza. En París, tras una primera noche traumática, es auxiliado por una pareja, Emile y Caroline, ricos herederos que no la han doblado en su vida; los tres hacen buenas migas, y Emile ayuda económicamente al judío, aunque este decide independizarse y trabajar; primero lo hace en la Embajada de Israel, pero un incidente en el que se le va la olla y terminan expulsándolo le hará malvivir en oficios dudosos, como modelo en sesiones de fotos entre lo artístico y lo pornográfico....

La historia, escrita por el propio Nadav Lapid y su padre Haïm Lapid, tiene tintes autobiográficos, y es que el director vivió efectivamente varios meses en su juventud en París, tras una crisis identitaria, hasta que regresó a su tierra. Es, pues, material vidrioso el que utiliza, pues son sus propias experiencias, las personas que conoció, la forma en la que se ganó la vida, la que subyace, lógicamente camufladas y retocadas para ser artísticamente más interesantes, en la trama que se nos cuenta.

Pero lo cierto es que a la historia de los Lapid le falta coherencia, en un guion lleno de cabos sueltos y de incongruencias de varia laya, y le sobra foco sobre el protagonista, que parece el ombligo del mundo. La resolución de la historia, en la que la máxima que hasta entonces mantenía el prota, que podría denominarse “todo contra la patria” (ejemplificado en su deseo de cortar todos los lazos con Israel), se resquebraja como consecuencia de entrar en conflicto con la ideología institucional de su nueva tierra de promisión (qué propio, en este caso...) la idea de Dios, que para los judíos, incluso los no practicantes e incluso diríamos que para los no creyentes, es inmanente: Yavé, Jehova, como queramos llamarlo, parece que habita para siempre en sus corazones, crean o no en su existencia. Cuando la muy laica Francia deje clara su postura al respecto, toda la furia antiisraelí se disolverá como un azucarillo. Y ahí está Nadav Lapid, de vuelta en su país, rodando películas...

No es un film deleznable, ya lo hemos dicho, pero sin duda podría haber sido mejor; mimbres había, y Lapid sabe rodar con buena mano, tiene capacidad para interesar al espectador y la historia, en nebulosa, apuntaba maneras; lástima que su resolución no haya sido todo lo efectiva que hubiera sido de desear.

El protagonista, Tom Mercier, debuta en el cine con esta película, aunque ciertamente no lo parece: tiene muy buena presencia (la cámara lo quiere, está claro) y se defiende bien ante las cámaras, incluso con escenas complicadas, más propias de actores ya con tablas, y no de un chico que fue reclutado para la película cuando cursaba estudios de teatro.

(13-11-2019)


 


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123'

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Sinónimos - by , Feb 15, 2020
2 / 5 stars
Todo contra la patria