Pelicula:

Nadav Lapid es un cineasta israelí de todavía corta carrera, aunque cuando se escriben estas líneas frisa los cuarenta años. Sólo ha hecho hasta ahora tres largometrajes de ficción, algunos cortos y un documental. La profesora de parvulario es su segundo filme estrenado en España, tras Policía en Israel, que lo mostraba como un cineasta interesante. Su nueva película cambia radicalmente de tema y se centra en el parvulario del título, donde la profesora descubre que uno de sus alumnos, de sólo cinco años, tiene una prodigiosa capacidad para la poesía. De vez en cuando el niño parece entrar en trance, camina en línea recta y vuelve sobre sus pasos varias veces, y durante ese tiempo va desgranando sin pestañear los extraños, bellísimos versos que parece imposible sean producto de alguien que está, como se suele decir, haciéndose, que carece de referencias cultistas y cuya capacidad para poetizar le vendría, por tanto, por ciencia infusa.

Pero no va Lapid por ahí, explorando la naturaleza creativa de la poesía, sino sobre la fascinación que el crío ejercerá sobre su profesora, a su vez muy interesada en la lírica, siendo ella misma cultivadora de la que es probablemente (y sin probablemente) la más bella de las artes. La fascinación se irá tornando en obsesión cuando la profesora intuya que ese portento de la naturaleza se puede perder en el mediocre mundo actual si no es adecuadamente conducido, encauzado, potenciado en su prodigiosa capacidad poética. El choque con la incomprensión del padre, de la familia, de la sociedad, precipitará los acontecimientos.

La profesora de parvulario resulta de esta forma una extraña película, a ratos de una deslumbrante capacidad hipnótica, como en la secuencia en la que la canguro del niño sale del mar hasta llegar a primer plano y ahí interaccionar, en otro plano distinto, sin conexión espacio-temporal, con la protagonista, cantando una de las más sencillas, simples, extraordinarias poesías del niño, la que habla de Hagar, la que es bastante bonita para él, o en todas en las que el pequeño entra en trance mesmérico para declamar sus poemas, mientras la profesora lo sigue cuaderno en ristre, para no perderse ni una palabra, ni una coma de esos tesoros de incógnito origen.

“Veloz es el león/ y naranja”, inicia uno de sus poemas el niño, en una de esas hermosas muestras de una lírica infantil de devastadora belleza. Lástima que el filme no esté siempre a esa altura; lo mejor está en la relación entre profesora y pequeño, pero lo peor está en los escarceos amorosos (conyugales y extraconyugales) de la protagonista, que no aportan nada a la trama y parecen pegotes sin justificación. Un final no precisamente brillante, y que se contrapone de alguna manera al resto del filme, no redondea una historia diferente, una crisálida de la que, me temo, no termina de nacer la bellísima mariposa que hubiera correspondido.

Buen trabajo de la protagonista, Sarit Larry, que lleva sobre sus hombros toda la carga de una película que requiere una composición muy matizada para no caer en excesos, sobre todo cuando, como en este caso, están ausentes los asideros habituales, los trucos de veterano a los que un intérprete con buena técnica puede agarrarse.



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119'

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La profesora de parvulario - by , Jul 13, 2015
3 / 5 stars
Veloz es el león/ y naranja