Quizás la única intención que guió a la Universal a producir esta película fue enseñar Disneylandia. Consideramos acertada la elección de semejantes escenarios naturales por dos motivos: las posibilidades que puede ofrecer a una buena comedia, siempre y cuando estén bien encajados dentro de la acción, a la vez que es una manera de explotar cinematográficamente los “monumentos nacionales”; por otra parte, creemos primicia la originalidad que supone hacer intérprete a Disneylandia, al menos cuando para captarla se utilizan eastmancolor y panavisión.
Las escenas más logradas --aparte los diez primeros minutos de película-- corresponden a este escenario, tal vez porque en ellas hay menos “caramelo” y sentimentalismo; la persecución tiene “gags” acertados, apropiada utilización de foto fija y pequeño homenaje a los Keystone Cops. Aunque los efectos de la montaña rusa y diversiones similares están ya explotados por medio de otros alardes técnicos de gran espectacularidad, el conjunto tiene validez y ambientación por esa jungla de personajes waltdisneyanos que estorban y hacen reír evolucionando en torno a los principales protagonistas.
De Norman Jewison hay dos películas estrenadas en España: Su pequeña aventura y No me mandes flores. En ellas, el autor, con un argumento aliñado de efectos sentimentales y cómicos, desarrollaba su labor criticando, de forma amable e intrascendente, los gustos y vicios menores del americano medio. Las familias numerosas (Su pequeña aventura) y el miedo a la muerte (No me mandes flores) se alinean con la crítica a la televisión, al afán desmedido de tomar medicinas, el modo de tratar la aprensión de un enfermo... Ahora Jewison, en Soltero en apuros, critica la “mecanización” de un gerente de salas de juego, de un hombre que funciona al ritmo de sus máquinas, sabiendo el que debe dar a cada una de ellas y el ruido preciso que deben marcar; la entrada de Steve McCluskey (Tony Curtis) en el casino Villa D'Oro, las órdenes que éste da y sus subordinados cumplen, mientras atraviesa el local, es una forma inteligente de decirnos quién es y qué hace el personaje en cuestión.
Después, la película se escapa por la línea del sentimentalismo y los tiernísimos afectos. Una cantante, una niña de seis años... y el soltero, que dejará de serlo para convertirse en marido y padre adoptivo. De la maquinización al sentimentalismo. Claro que para algo es comedia. El “star-system” funciona aquí con Suzanne Pleshette y Tony Curtis (sustitutos de Doris Day y Rock Hudson); el resultado es el mismo porque unas y otras son estrellas queridas por la Universal y sus espectadores. Entre los recursos, funciona la canción de la actriz principal, el uso de las transparencias y el divisionismo de pantalla para conversación telefónica.
De acuerdo que Jewison tiene una predisposición especial para el “gag” y, cuando quiere, domina el ritmo; pero esto, hoy, no es mucho, a menos que sus aspiraciones se queden en ser un “tacheron” (como los llama Cahiers du Cinema), un destajista. Aunque esto quizá en una productora como la Universal también se valore.
(Este comentario crítico se publicó en el número 174 de la revista Film Ideal -Madrid- el 15 de agosto de 1965).
Soltero en apuros -
by Rafael Utrera Macías,
Jan 13, 2013
2 /
5 stars
Disneylandia para empezar
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