Pelicula: Sucedió en Sevilla, de José Gutiérrez Maesso, y Camino del Rocío, de Rafael Gil,  versiones cinematográficas posteriores a La blanca paloma, de Claudio de la Torre, suponen un cambio significativo respecto a la anterior, especialmente en lo que se refiere a la incorporación de nuevos personajes con el consiguiente aumento de secuencias y metraje.

Altamira Films, productora de Sucedió en Sevilla, se constituyó en los años cincuenta del pasado siglo con las aportaciones de diversos miembros entre los que se contaban ex-alumnos del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas; su primer proyecto fue Esa pareja feliz, de Bardem y Berlanga, pero la catalogación como “segunda categoría” sólo permitió obtener una cédula de importación; por ello, las intenciones de la productora se vieron truncadas obligándose a tomar unos derroteros comerciales que no tenían previstos sus jóvenes realizadores; entre otros títulos se rodarían Rapto en la ciudad, Familia provisional y Sucedió en Sevilla.

Según las opiniones de Gutiérrez Maesso, dudó mucho en realizar un producto comercial cuya novela no le gustaba y cuya gestación se había hecho entre la productora Altamira y la distribuidora Cifesa. Sólo la invitación personal a que Suárez-Caso interviniera en el guión y la transformación del original en una variante de comedia donde Juanjo Menéndez aportaría tipo y situaciones, le hicieron aceptar el encargo.

En efecto, Manuel Suárez-Caso y Antonio Abad de Ojuel, dos experimentados profesionales, firmaron el guión. A éste se añadía la música del Maestro Azagra y las canciones de Solano, Ochaíta y Valerio que serían interpretadas por Juanita Reina. Los Estudios Chamartín servían para montar los decorados diseñados por Enrique Alarcón mientras los exteriores llevarían a los habituales lugares exigidos por la historia: la feria sevillana y la romería de El Rocío junto al propio cortijo de la actriz principal, en Brenes, además de otras fincas particulares.

Esperanza (Juanita Reina) será cortejada por Alberto (Alfredo Mayo) y por Juan Antonio (Rubén Rojo); la pareja formada por el padre, Don Fernando, y la madre, Doña Martina,  la componen los actores José Marco Davó y Cándida Losada. La actualización temporal de la acción lleva a presentar una Sevilla “moderna” donde los norteamericanos ya han hecho acto de presencia y donde la motocicleta no es sólo cosa de hombres. En tal sentido, los personajes se amplían en el frente familiar donde Esperanza tendrá una hermana, María Jesús (María Piazzai), obviamente con menos personalidad que ella pero no menos dispuesta a quedarse soltera; su pareja será un norteamericano, Morton (Juanjo Menéndez), con destino en la Base aérea de Morón de la Frontera.

La rivalidad entre Alberto y Juan Antonio se potencia desde diversos puntos sentimentales y sociales, a veces simples artimañas del señorito celoso contra el capataz, como la acusación del fracaso de su ganadería en el coso sevillano por la negligencia del empleado. Por su parte, Juan Antonio defiende sus derechos de arrendatario legal cuando el juerguista empedernido se presenta en el cortijo, acompañado de solícitos palmeros y mujeres contratadas, para utilizarlo como mancebía particular. La respuesta será el fuego provocado en la corchería de la finca.

Al tiempo, se subraya y enfatiza el rencor de Martina con su consocio Fernando por no ser correspondida al quedar viuda y asegurar, mediante matrimonio, la continuidad de la empresa. Ésta será transformada, como corresponde al incipiente desarrollismo franquista, en empresa constructora (tienda de confecciones en la película anterior), y el cortijo seguirá siendo tal porque así lo exige el desarrollo de los hechos. María Jesús y Mr. Morton formarán la nueva pareja lo que, con acento extranjero y ciertos signos externos, convierten a Sevilla en ciudad cosmopolita donde el foráneo se siente como en su casa ante la generosa acogida del nativo.

Género

Nacionalidad

Duración

84'

Año de producción

Sucedió en Sevilla - by , Jan 25, 2014
2 / 5 stars
Esperanza sigue siendo Juanita Reina