A lo largo de la historia del cine hay muchos títulos sobre el mundo del boxeo que por lo general ha dado películas interesantes y hasta obras maestras. Sería larga la lista para mencionar algunas y tal vez no sea el momento ni el lugar. La que criticamos se sitúa en el modelo de historia real, ya que en esta ocasión se trata de la vida del boxeador Micky Ward, que conquistó el título mundial de los pesos welter en el año 2000. Creció en Lowell, una localidad obrera de la periferia de Boston, con un nivel social bajo, con unos treinta gimnasios para poder practicar el boxeo los jóvenes y conseguir algo en la vida.
Era una familia con siete hermanas y un hermano mayor, Dicky, un mito frustrado del boxeo debido a las drogas, que llegó a noquear a Sugar Ray Leonard, al que Micky admira y sigue sus consejos, y una madre manipuladora que hace de su mánager. El boxeo es la posibilidad de salida para que cualquier chico de baja extracción social pueda hacer realidad el sueño americano de lograr la cima y salir de pobre. Aquí Micky tiene que pelear contra su familia, su hermano, que le deja tirado más de una vez por el crack, su madre y hasta su novia.
En eso resulta original, ya que en los film clásicos los boxeadores tenían que luchar contra los promotores y las mafias que amañaban los combates. El guion narra la historia con solvencia, con un tono realista, prestando más veces atención al conflicto familiar, que le da profundidad al drama y a los problemas del protagonista, que a los combates, que parece que únicamente les interesan al director como pretexto para contar la superación personal de alcanzar la cumbre, lo que trae aparejado el dinero y la fama.
No faltan los sentimientos pugilísticos, el retrato del perdedor, el deseo de ganar, la lealtad inquebrantable hacia el hermano que ve en él la victoria que no logró, cumpliendo su sueño en esta segunda oportunidad. Micky ha de combatir en el ring y también contra las injusticias tratando de superar las contrariedades.
David O. Russell, director de la discreta Tres reyes (1999), que realizó esta historia en treinta y tres días, le podía haber sacado más partido. Mark Wahlberg encarna bien su personaje, pero Christian Bale, actor camaleónico que ganó el Globo de Oro y el Oscar como secundario por este papel, creemos que se pasa un poco, y al que se le dedica más tiempo que a la figura central de la cinta.
Muy bien Melissa Leo como la madre, que también consiguió el Globo de Oro y el Oscar como actriz de reparto. Igualmente estuvieron nominados la película, la dirección, Amy Adams como actriz de reparto, el guión original y el montaje.
The fighter -
by Francisco Casado López,
Mar 03, 2011
2 /
5 stars
La droga contra el ring
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