Las películas sobre temas gastronómicos llevan un tiempo que están poniéndose de moda, no sabemos si por influencias de la televisión, ya que todas las cadenas tienen su cocinero que nos ofrece sus mejores recetas y además hacen concursos de chef, no sólo de adultos, sino también a nivel infantil, que al parecer tienen mucha audiencia, aunque a decir verdad los films sobre este género no parece que consigan gran aceptación de cara a la taquilla, ya que hasta ahora no ha surgido ningún éxito explosivo que llame la atención.
En The Trip se mezcla con otro género que es el de la road movie o cinta de carretera en la que alguien emprende un viaje por algún motivo y por el camino van sucediendo cosas que más o menos puedan interesar al espectador, unas veces en tono dramático y otras en plan de comedia.
En esta ocasión se nos cuenta la historia de Steve Coogan, escogido por el dominical británico The Observer para hacer una ruta gastronómica por los mejores restaurantes del Norte de Inglaterra, viaje que proyecta hacer con su novia, pero ella desiste y se busca a su amigo Rob Brydon para que le acompañe. En su vista a seis establecimientos la pareja va probando los menús y por el camino y durante las comidas hablan de lo divino y de lo humano, filosofando sobre la vida y aprovechando para hacer una visita familiar, con alguna que otra situación cómica.
En cuanto al tema de las imitaciones de Anthony Hopkins, Woody Allen, James Bond, Richard Burton o Michael Caine, entre otros, que también hacen con frecuencia, cuando no discuten, se ponen un poco pesaditos. En la versión doblada no se puede apreciar si lo hacen bien o mal y aún en la original tampoco conocemos las voces de los imitados, por lo que el interés es mínimo en ese aspecto.
La película es una especie de road movie gastronómica turística ya que de camino se aprovecha para ofrecer al espectador bonitos paisajes de la región de los lagos, Lancashire y Yorkshire, algunos de gran belleza, lugares donde sucede la acción de Cumbres borrascosas.
No se le saca partido a la gastronomía, ya que en la mayoría de los casos el camarero se limita a enunciar el plato a servir y sus componentes, ofreciendo un vistoso plano del mismo sin más crítica sobre lo comido, con lo que la excusa del viaje es bastante nimia si no se obtiene nada más de ello.
Esto es lo que nos da este film, que está extraído de una serie de seis episodios de treinta minutos producidos por la BBC para la televisión, sin guion, partiendo de la improvisación, dirigida por el propio Michael Winterbottom, realizador a nuestro entender sobrevalorado por cierta crítica que no pasa de ser un director aceptable en la mayoría de sus cintas aunque también con algunos altibajos en otras.
Winterbottom se aprovecha de la química que se establece entre los dos actores protagonistas, Steve Coogan y Rob Brydon, que hacen de ellos mismos, que no son expertos culinarios, que se llevan casi todo el tiempo en pantalla, sin que haya ninguna evolución dramática, que ya actuaron en algún que otro título anterior a las órdenes de este mismo director.
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