Pelicula:

Tiene un grave problema ésta por lo demás bienintencionada y laboriosa película: el asunto que trata, incluso la localización en tipos humanos y paisajísticos son, esencialmente, los mismos que los de la magnífica Brokeback Mountain (2006), de Ang Lee. Así las cosas, incurriendo ya en el pecado original de la falta de originalidad (valga la anáfora), el film parte cojo, pierde puntos en la consideración del espectador, que no puede evitar una obvia sensación de déjà vu.

West Yorkshire, en la Inglaterra profunda: en una pequeña explotación ganadera familiar, el joven Johnny es un desastre: ante la enfermedad del padre (paralizado parcialmente por un ictus) y la edad avanzada de la abuela, ha de ser quien se encargue de la granja, pero bebe inmoderadamente, no atiende a razones, dilata y posterga sus obligaciones continuamente. El chico tiene esporádicos encuentros de sexo gay con otros chicos del entorno, donde desfoga con violencia su ira contra el mundo. Ante el aumento del trabajo, la familia contrata a un joven rumano que llega desde su país. Al principio la relación entre los dos chicos no es especialmente buena, pero eso cambiará…

Tiene dicho Francis Lee, el director (que debuta con este film en el largometraje de ficción, siendo su profesión habitual la de actor) que la diferencia fundamental con Brokeback Mountain es que aquí los condicionamientos sociales no impiden la felicidad de la pareja, lo que me temo es algo excesivo: ojalá fuera así, pero no parece que la sociedad rural del Reino Unido (cuando el campo es conservador y tradicional por antonomasia, aquí, en Pekín y en West Yorkshire) sea tan abierta, ni el padre y la abuela del protagonista tan modernos como para aceptar con naturalidad una pareja de esta guisa: insisto, ojalá lo fuera, pero me parece un exceso de optimismo.

Por lo demás, Francis Lee como director muestra maneras: narra con soltura y, en general, la película se sigue con agrado. Otra cosa son las incoherencias de guion (también original suyo, con el matiz citado sobre la evidente deuda que tiene con la película del otro Lee, Ang Lee), que con frecuencia hace actuar a sus personajes al arbitrio de lo que le plugo al libretista, sin la congruencia que debe presidir toda historia de corte argumental.

Los protagonistas, Josh O’Connor y Alec Secareanu, carecen de química alguna: es difícil aceptarlos como pareja amorosa, por más que lo intenten denodadamente. Mucho mejor están los estupendos Ian Hart y Gemma Jones, que dan un recital de interpretación.

La película ha conseguido bastantes premios en los diversos festivales en los que ha participado, de Sundance a Edimburgo pasando por Toronto, probablemente porque su historia, en la que triunfa el amor homófilo por encima de convencionalismos sociales y además produce, ¡oh, milagro!, la transformación del carajote en sensato, llega con facilidad al público, con independencia que sus valores cinematográficos, a nuestro entender, sean menguados.


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104'

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Tierra de Dios - by , Nov 26, 2017
2 / 5 stars
Brokeback Mountain en West Yorkshire