De la misma forma que A sangre fría, la obra maestra de Truman Capote, era una novela de no ficción, podría decirse que éste es un film de no ficción: se narran los años en los que el famoso escritor y periodista norteamericano estuvo enfrascado en la titánica tarea de reconstruir el alevoso asesinato de los cinco miembros de una familia en la América profunda, a manos de dos hermanos mestizos, y cómo la relación que entabló con uno de ellos le marcaría de por vida.
Película tan exquisita como los modales glamourosos del propio Capote (aquel "mariquita", por usar la terminología al uso entonces, que era el centro de todas las reuniones de la "gauche divine" de la época), tiene un tono retro de rara fisicidad, como si, a través de la cámara de Bennett Miller pudiéramos entrar, realmente, en aquella atormentada relación que mantuvo el escritor y el asesino convicto y confeso, hasta que éste fue ajusticiado. La forma en que, paulatinamente, esa relación va estrechándose, hasta convertirse casi en un amor platónico, y, quizá por ello, más puro, es el meollo de este impactante film, que en los últimos minutos alcanza cotas de prodigio: la última entrevista entre Capote y Perry, auténtica dinamita emocional; la ejecución, como un mazazo en pleno plexo solar.
Bien por el desconocido director Bennet Miller, recién llegado a esta plaza y ya con este éxito. Por supuesto, el film no sería lo que es sin la matizadísima interpretación de un Philip Seymour Hoffman que hace el papel de su vida; si no le dan el Oscar por este bombón de personaje (que él hace tan suyo), ¿por cuál se lo van a dar? Por cierto: ¿por qué en España la película se titula Truman Capote en vez de Capote, como en el original inglés? ¿Quizá teman que vaya a verla el público taurino y después se queje...?
(28-02-2006)
110'