Un gesto más es una historia que bucea en un tema que a los españoles nos pilla de cerca: el terrorismo, o, si queremos decirlo con el atroz eufemismo al uso, la lucha armada. El director es Robert Dornhelm, un cineasta de origen rumano aunque ha desarrollado su carrera y su vida en distintos países, desde Austria a Inglaterra e incluso Estados Unidos. Entre sus antecedentes más relevantes cabe citar la candidatura al Oscar al Mejor Documental en 1978 por The children of Theatre Street. Es un cineasta comprometido, cuya carrera ha estado marcada siempre por historias y denuncias de marcado carácter social.
Un miembro del IRA, preso en la cárcel, consigue escapar de ésta; sin embargo, cansado de su vida anterior, decide poner tierra de por medio y viaja a Nueva York. En Estados Unidos conocerá a una mujer de la que se enamora. Es guatemalteca y pronto el irlandés se entera de que, junto a un grupo de entusiastas llenos de idealismo pero vacíos de experiencia, van a atentar contra un “milico” de su tierra cuyas manos están tintas en sangre. Por supuesto que el antiguo experimentado militante del Ejercito Republicano Irlandés echará una mano a sus nuevos y atolondrados amigos.
No deja de ser curioso que en esta historia de denuncia social, un poco a la forma del cine de Ken Loach, también haya lugar para el amor. De todas formas las coincidencias acaban ahí; estilísticamente, Dornhelm está muy lejos del estilo naturalista y fresco del británico. Su cine es más elaborado, más “a la americana”, sin por ello ser americano. Un gesto más pretende acercar dos fenómenos bien diferenciados, por un lado el conflicto de Irlanda del Norte (para el que ya en 1997 se barruntaba que corrían tiempos de paz), y por otro el irredentismo de la lucha armada en Centroamérica, el habitual campo de batalla donde la CIA realiza su trabajo sucio a través de los militares latinos formados en la tristemente célebre Escuela de las Américas.
No tuvo demasiada repercusión, al menos en España, este extraño filme, al que nuestro país aportó, además de la coproducción de Gerardo Herrero, la presencia de dos intérpretes que por aquel entonces comenzaban su aventura internacional: Rosana Pastor, una de las heroínas de Tierra y libertad, es la novia guatemalteca del irlandés y, consecuentemente, tiene un papel relevante; y Jorge Sanz, que hace también de centroamericano de igual nacionalidad, pero tenía un personaje menos significativo. En el reparto destacaba sobre todo el irlandés Stephen Rea, de alguna forma motor de la historia y quien propició, con su presencia, esta peculiar producción.
El filme, a pesar de que no llegó a obtener una acogida razonable, al menos en España, pudo estrenarse en Estados Unidos al año siguiente, si bien cambiando su título original, The further gesture (del que el título español era una traducción muy correcta) por el de The break.
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