Pelicula:

Esta película está disponible en el catalogo de Movistar+.

Laurent Tirard es un guionista y director francés cuya carrera se viene desarrollando invariablemente dentro de la comedia. Desde 2004 y hasta la fecha de este texto ha dirigido un total de 8 films, siendo este Un seductor a la francesa su séptimo largometraje. Su película más taquillera fue El pequeño Nicolás (2009) (nada que ver con el personajillo homónimo de la picaresca política española de los últimos años), que superó los 5,5 millones de espectadores, un auténtico éxito de taquilla incluso para Francia, donde (para eso es el país que inventó el chovinismo...) el cine galo es seguido por su público con auténtica devoción. Sin embargo, esta Un seductor a la francesa resultó ser un fiasco en términos comerciales, lo que no se termina de entender, ciertamente.

La acción se inicia en Borgoña en 1809, tiempo del llamado Primer Imperio, época en la que Napoleón I gobernaba Francia y buena parte de Europa a golpe de cañonazo. En ese contexto conocemos al capitán de húsares Neuville, que se compromete con la joven Pauline, de una familia acomodada de la región; pero el capitán es llamado a la guerra, a Austria concretamente, y se despide prometiendo escribir todos los días a su amada. Pero las cartas no llegan, la prometida se consume en la tristeza, y su hermana, Elisabeth, que desconfía del novio, decide inventarse una correspondencia ficticia, escribiendo como si fuera el capitán. La primera carta tiene un efecto extraordinario en su hermana, devolviéndole las ganas de vivir, así que continúa con el intercambio epistolar, echándole imaginación y escribiendo, como si fuera el militar, sus heroicidades, pero también sus buenos negocios en la India, a donde la imaginativa chica lo ha mandado en busca de supuestas nuevas aventuras... Pero Elisabeth siente que el asunto se le está yendo de las manos, y decide poner fin a las fantasiosas peripecias del capitán...

Decíamos que no se entendía demasiado bien el fracaso en taquilla de esta Un seductor a la francesa (título español asaz heterodoxo y ramplón para el original, que sería, lógicamente, “El retorno del héroe”, que tampoco es ninguna maravilla...), porque ciertamente es una comedia ligera, intencionada, irónica, con dos caracteres contrapuestos, el capitán que resulta ser inicialmente un militar pomposo y soberbio, para después revelarse como un cobarde integral (aunque casi al final entendamos las más que justificadas razones que tuvo para ello, y al final incluso dé el do de pecho), además de un pícaro, un sátiro, un trápala y un estafador, y Elisabeth, la hermana de la prometida, una mujer adelantada a su tiempo, mucho más del siglo XXI que del XIX en el que se ambienta la peli, una mujer que es lista, libre, desenvuelta, avispada, que profesa un amor tal a su familia hasta el punto de inventar una serie de disparates atribuidos al capitán.

De este choque de trenes surge con frecuencia el humor, con diálogos chispeantes, cortantes, entre ambos protagonistas, en una divertida comedia de enredo de época, que no duda en tirar de materiales clásicos, como la evidente referencia al Cyrano de Bergerac que supone la correspondencia imaginada por Elisabeth para contentar y enamorar por persona interpuesta. El retorno del (supuesto) héroe al que se refiere el título original permitirá jugar con los dos opuestos, el exmilitar con más cara que espalda y la hermana lista como el hambre, los dos jugando a un metafórico ajedrez en el que se irán sucediendo los jaques alternativos, con ingeniosas ideas para parar las iniciativas del contrario y atizar al contraataque, en un divertido juego de inteligencias entre ambos.

Al margen de su idea fundamental, que es la de hacer pasar un rato agradable y sin complicaciones (y en este sentido consigue su objetivo), la película habla de la valentía impostada y de la cobardía cotidiana, de la picaresca para sobrevivir, fingiendo lo que no sé es por puro instinto de supervivencia. Es interesante también la presentación de la narración como elemento de fascinación, de arrobo de las masas, recordando que, por muy disparatadas que sean las aventuras que se cuentan, si se hace bien, el público entregado se las tragará gentilmente, sin cuestionar en ningún momento, por muy estrafalarios que sean, los giros del relato.

Gusta el tono autoirónico del film, incluido el del propio personaje del excapitán, que sabe cuál es su catadura y no está orgulloso de ella, pero que con frecuencia hace chistes sobre sí mismo. Antes hablábamos de referencias a los clásicos, y al final también se vuelve a ese mismo venero al invocar, figuradamente, el espíritu de Lord Jim, la novela de Joseph Conrad sobre la cobardía y las segundas oportunidades.

Con una buena ambientación, escenarios elegantes, bonitos vestidos y numerosa figuración, Un seductor a la francesa resulta ser en su conjunto una entretenida e irónica historia romántica en clave de comedia de enredo en el contexto de la Francia bonapartista.

Buen trabajo del dúo protagonista, un Jean Dujardin que había saltado a la fama unos años antes, al ganar el Oscar por The artist (2011), quien resulta muy divertido en su doble cara de militar fatuo y a la vez cobarde, y una Mélanie Laurent muy en su papel de mujer libre, inteligente y adelantada a su tiempo. Con un pequeño rol, pero sustancioso, aparece el veterano Féodor Atkine, legendario actor que ha trabajado para gente tan diversa, y tan competente, como Woody Allen, Sydney Pollack, Gillo Pontecorvo, Claude Lelouch, Éric Rohmer, Bigas Luna o Pilar Miró, entre otros.

(30-09-2021)


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90'

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Un seductor a la francesa - by , Sep 30, 2021
2 / 5 stars
Cyrano y Lord Jim, en clave de comedia