CINE EN SALAS
Una joven, Lucy, que estudia en la ciudad de Nueva York, vuelve a casa de Alex, su abuelo, para pasar los días de las vacaciones de las fiestas navideñas. Está dividida entre honrar las tradiciones que en estos casos solía seguir su madre, ya fallecida, y la aversión que tiene desde hace tiempo a dichas celebraciones su abuelo.
Se aloja en la casa del abuelo, que tiene una vivienda bastante grande, con un hermoso jardín, del cual se cuida de mantenerlo en perfecto estado Marco, un joven de buena presencia cuyas miradas de ambos se cruzan en buena armonía, desde el primer momento, en presencia de Antonio, que es el nombre del simpático burrito que suele pastar por allí.
Por la mañana Lucy da un paseo con el abuelo que le enseña el árbol de los deseos, que él plantó hace 65 años, mientras que una señora le cuenta la historia de porqué le llaman así y Lucy habla con su padre por el móvil. A continuación visita la Escuela de equitación, cuya directora es Ester, la madre de Marco.
Es una película producida en Costa Rica, país que no es de los que más producción tiene al año, pero que en este caso nos cuenta una historia que está muy bien encajada en estos días festivos, que aunque tiene una historia muy previsible, que desde el primer momento se adivina su desenlace, no obstante resulta un relato que se contempla con buen agrado, si no se tiene mucha exigencia en cuanto a su calidad cinematográfica.
Manu Canales es el realizador de Una navidad sin nieve (2024), que es el largometraje de su debut, su ópera prima como tal, que tiene el ritmo adecuado y necesario para este romance juvenil, agradable de ver.
Aunque los actores Victoria Ulmos y Linwood Yarborough no son muy conocidos por estas tierras, cumplen con sus respectivos cometidos que hace que la película sea bien acogida por el público que desea tener un rato de esparcimiento.
90'