Actividades de “El Cine-club Español”
Las actividades cinematográficas de La Gaceta Literaria se canalizarían a través de “El Cine-club Español”; creado e inaugurado por Ernesto Giménez Caballero el 23 de diciembre de 1928 termina sus actividades en mayo de 1931; las veintiuna sesiones celebradas tuvieron lugar en los cines madrileños Callao, Palacio de la Prensa, Royalty, Goya y Hotel Ritz. Aparte de controlar la organización, Giménez dirigió en varias ocasiones la palabra a los asistentes, presentó un título de René Clair y proyectó sus filmes Noticiario del Cine-club, en la sesión 12, y Esencia de verbena, en la 15. Entre los escritores e intelectuales que presentaron, de uno u otro modo, los títulos exhibidos, contamos a Gómez de la Serna, Baroja, Jarnés, García Lorca, Alberti, Álvarez del Vayo, Luciano de Feo, Eugenio Montes, Pérez Ferrero, Germaine Dulac y los doctores Lafora y Marañón. El cine vanguardista, el ruso, el científico, el educativo y el de animación, se exhibieron en veladas culturales donde el arte silente era la estrella, unas veces como fin y otras como medio. Sus actividades se prolongaron por otras capitales españolas: Barcelona, Valencia, Murcia, Valladolid, Sevilla.
La protesta del burgués tuvo lugar en algunas ocasiones. La segunda sesión del Cine-club (en la que se proyectó La zona, de Georges Lacombe, La noche eléctrica, de Eugen Deslaw, y El cantante de jazz, de Alan Crosland, presentada ésta por Ramón Gómez de la Serna y acompañada por las interpretaciones de orquesta dirigida por el Maestro Coronado) fue duramente criticada. Desde La Gaceta Literaria (nº 51, febrero, 1929) Giménez Caballero dirigía una carta "a un querido amigo nuestro, economista y, ocasionalmente, para esa segunda sesión, crítico de cinema". Tras aclararle que cada función se compone de film documental, vanguardista, y de repertorio, advierte que el título presentado por Ramón estaba prohibido en España "por visos de propaganda judía" y testimonia contra los falsos vanguardistas que "taconearon" la película de repertorio porque para ellos "todos los filmes tenían que ser revolucionarios". Mayor incidencia tuvo el estreno de Un perro andaluz; presentado en la sesión octava, acabó con la presencia de la fuerza pública en la sala; el propio Giménez Caballero lo ha recordado: "...cuando lo del ojo, se oyeron unos chillidos, alguien se desmayó en la sala y ya empezó el jaleo. Vino la policía (en otras ocasiones puntualiza "la guardia civil"); nos detuvieron a la salida...". Esta es la razón por la que se repite la película en la decimocuarta sesión donde se ofrece como "revisión".
Filmografía del realizador Giménez Caballero
El nuevo arte tentó a Giménez Caballero en su faceta creativa; desde aquellos tempranos años del cine silente el escritor se percató de la expresividad de la cámara como nueva estilográfica con la que captar, "interpretar", dar testimonio del mundo.
Como guionista, firmó variados títulos bajo el común denominador de su carácter pedagógico y moralizante: España y el Cine, Cervantes, Dos americanos en Toledo, Al cine llegó un ángel, El anticuario y Los desamparados (esta tendencia es extensiva a otros trabajos de "interpretación" fílmica tal como se observa en algunos artículos publicados en la revista Primer Plano, donde las películas "del oeste" y "de dibujos" se analizan como tradición "épica del arianismo" y "apologética oriental" respectivamente).
Su actividad cinéfila ofrece semejantes derroteros a los seguidos en su literatura; hay, en primer lugar, un afán testimonial que se transforma poco a poco en doctrinario, o dicho con las propias palabras de "Gecé", correspondientes a su primera revolución, la vanguardista, y a la segunda, la del sueño imperial; a aquélla correspondería Esencia de verbena (1930) y Noticiario del Cine-club (1930); a ésta, (en títulos que me facilitó en su día el propio autor) Los judíos de patria española (1931), Paraguay, corazón de América, Aranjuez (El sitio real más irreal de España), Amor español a Holanda, La laicidad de la Enseñanza, El artesanado en Barcelona, Cabra la cordobesa (Balcón poético de España), El Madrid de Rizal, Revelación del Escorial, El sindicalismo mundial y España, Mirando a Mira de Amescua y al diablo en Guadix, El poeta de Almería y España y Bélgica.
Esencia de verbena, su primera película, la calificó como "poema documental de Madrid"; la producción se elevó a cinco mil pesetas y en su rodaje, efectuado mayoritariamente el 16 de julio en la verbena del Carmen, intervino como operador Segismundo Pérez de Pedro y como intérpretes Polita Bedrós, Samuel Ros, Miguel Pérez Ferrero y Joaquín Goyanes de Osés; el Laboratorio España efectuó el revelado. La más famosa secuencia muestra a Ramón Gómez de la Serna actuando de muñeco de pim-pam-pum. José Francisco Aranda escribió sobre ella: "Los motivos estaban entrelazados en una sucesión de imágenes fotográficas, pinturas de Goya, Picasso y Maruja Mallo, no narrativas, que evidenciaban una estrecha ligazón con la intención surrealista del collage. El montaje recalcó el lado disonante de las asociaciones visuales de manera feliz y llena de frescura; (...) quedará siempre como modelo de una interpretación en imágenes del humor madrileño y de la 'greguería', especie de paradoja literaria inventada por Ramón, escritor de vanguardia, el cual, por cierto, compuso un protagonista estupendo". La película fue proyectada en París (Studio de Ursulines) y en Madrid (Palacio de la Prensa, sesión 15 del Cine-club). La versión actual se sonorizó en 1947.
Noticiario del Cine-club fue rodada en solitario, sirviéndose Giménez de una cámara Aica; diversas tomas se hicieron en la terraza de su casa, en la calle Canarias. Dice el realizador: "es un documento importantísimo porque están las tres generaciones, con Menéndez Pidal y Baroja por un lado, con Américo Castro y Rivera Pastor por otro, y para acabar, nuestra generación, con Bergamín, Alberti, Salinas, Marichalar...". En Esencia... estaba representado el Madrid popular, en Noticiario... el intelectual.
Ernesto Giménez fue el único español que participó en el Congreso de La Sarraz; allí coincidió con Eisenstein, quien rodó una peliculita sobre el encuentro y en la que intervino el fundador de nuestro primer Cine-club que la recuerda así: "nos ponían cadenas y era el cine independiente..., éramos esclavos del cine comercial, al final nos rescataban".
En Práctica fílmica y vanguardia artística en España se dice que la obra fílmica de "Gecé" está propiciada por un contexto favorable "para la producción de este cine en el que encontramos desde la unión con los presupuestos de la vanguardia artístico/literaria por la vía de la Gaceta, hasta una cierta preocupación teórica por la esencia del cine o, desde un conocimiento bastante aceptable de la producción mundial (debido a la excelente programación del Cine-club) hasta unas enormes posibilidades de proyección internacional (ahí están los ejemplos de los Congresos de Bruselas y La Sarraz)"; sintiéndonos de acuerdo con esta consideración, disentimos en aseverar que el "heroísmo individual" del personaje no fue decisivo para el desarrollo de sus históricas y trascendentales actividades culturales. A fin de cuentas, son sus obras las únicas piezas testimoniales de un vanguardismo tardío debidas a un "genio" que tuvo tanto de "robinsón solitario" como de "precursor".
Ilustración: Escrito dirigido por Ernesto Giménez Caballero a Rafael Utrera Macías el 12 de abril de 1976 (archivo del autor del artículo)