Rafael Utrera Macías

La película Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, recrea el comienzo de la guerra civil en la Salamanca de 1936. Miguel de Unamuno (Karra Elejalde), rector de la Universidad, es personaje principal de la vida académica como de la vida social y política de la ciudad adonde llegó en 1891, tras haber obtenido la cátedra de griego en la oposición celebrada en Madrid. Este mismo año se casó con su novia de siempre, Concha Lizárraga, con la que se traslada a vivir a la ciudad castellana. Con la excepción de los años de exilio en Fuerteventura, París y Hendaya, Salamanca es el lugar íntimamente vinculado a Don Miguel y la ciudad a él. Con razón se ha dicho que este intelectual “penetra en el pueblo español” por su experiencia cotidiana en Salamanca. Allí vive hasta su muerte.

Como miembro de la generación literaria del 98, la mayor parte de su producción está escrita en el ámbito socio-cultural y político salmantino y desde el contexto de su universidad. Del mismo modo, el desastre histórico de la pérdida de las colonias y su repercusión en todos los ámbitos de la vida española, el escritor y catedrático los vivió y escribió desde este mismo lugar. En uno de sus poemas dedicados a la ciudad, leemos: “¡bosque de piedra que arrancó la Historia/ a las entrañas de la tierra madre;/ remanso de quietud, yo te bendigo, / mi Salamanca!”.

Pero este “remanso de quietud” se verá seriamente alterado por la guerra civil. Mientras dure la guerra ofrece el periodo histórico entre julio de 1936, momento de la toma de la ciudad por las tropas rebeldes a la República, y la muerte de don Miguel, sucedida el último día de este año. El apoyo inicial de Unamuno a los militares sublevados, en su creencia de que estos pretendían reestablecer el orden y la paz, deteriorados en esta etapa republicana, acabará cuando su intervención en el acto universitario del 12 de octubre demuestre que el rector se guiaba antes por principios que por ideologías. Es la tercera vez que el rector es destituido: en 1914 por el ministro Bergamín, en 1924 por el Directorio de Primo de Rivera, en 1936 por el presidente Azaña, primero, y por Franco seguidamente. Si en tiempos anteriores conllevó el destierro, ahora lo confinan en su domicilio.

Los amigos: Coco y Vila

Amenábar dedica varias secuencias a la relación de Unamuno con la Junta militar e incluso a la reunión del catedrático con Franco (Santi Prego) y su esposa (Mireia Rey); ésta admiraba al escritor y el escritor aprovechaba el encuentro para solicitarle al generalísimo la libertad para su amigo el pastor evangélico Atilano Coco (Luis Zahera); desgraciadamente, el inminente “caudillo de España” encontró motivos suficientes para que la orden de fusilamiento se ejecutara: el sujeto era protestante y, además, masón.

El otro gran amigo de don Miguel, personaje significativo en la película es Salvador Vila (Carlos Serrano-Clark), quien fue su alumno y luego profesor universitario en Granada donde ejerció, interinamente, como rector; representa el ala progresista y tiene competencia para discutir con el maestro, ya en el Café Novelty, ya en la carretera de Zamora, adonde al “rector vitalicio” le gustaba ir con su esposa. Allí tiene lugar un encuentro dialéctico entre ambos en el que el joven reprende al catedrático en función de los diversos y contradictorios espacios ideológicos por los que ha pasado. El poeta Unamuno ha dejado constancia de su admiración por este lugar en varios poemas; un soneto comienza de este modo: “¡Oh, clara carretera de Zamora/ soñadero feliz de mi costumbre, / donde en el suelo tiende el sol su lumbre/ desde que apunta hasta que rinde su hora!”. Y en otro, escrito años después, anota: “Carretera de Zamora, / cuesta arriba, cuesta abajo;/ los siglos me dieron la hora/ de soñar, ¡recio trabajo!”. Vila, que circunstancialmente se encontraba en Salamanca cuando las tropas rebeldes tomaron la ciudad, fue detenido por éstas y trasladado a Granada; sería fusilado en octubre y arrojado su cadáver al barranco de Víznar.

Unamuno en familia

Los guionistas de Mientras dure la guerra, Amenábar y Hernández, incluyen en la película diversas secuencias que corresponden al ámbito doméstico de Unamuno. En 1936, su estado civil era de viudo y vivían con él dos hijas y un nieto. Don Miguel estuvo casado con Concepción Lizárraga, de cuyo matrimonio nacieron nueve hijos (seis varones y tres mujeres); Concha, su “costumbre”, como el marido denominaba a su mujer, falleció en mayo de 1934, dos años antes que el esposo. Amenábar no prescinde de un recuerdo para ella y, en algunas ocasiones, ofrece su evocación, como, en otras, referencias verbales en momentos oportunos. Un idílico paisaje es lugar de ensueño para un viejo profesor que se sueña joven acogido en el regazo de su amada (Matina Cariddi); será su nieto quien le devuelva a la brutal realidad de la ciudad.

Unamuno vivió en la salmantina calle Bordadores, céntrica y cercana al palacio de Monterrey, con sus hijas Felisa (Inma Cuevas), María (Patricia López Arnaiz) y su nieto Miguel (Jorge Andreu). La mayor está dedicada a las actividades domésticas con preferencia mientras la más joven discute habitualmente con su padre, al tiempo, que le enfada y se enfada sobre las actuaciones públicas de su predecesor. El nieto, Miguelín, es hijo de José María Quiroga Pla (poeta perteneciente a la generación del 27, exiliado tras la guerra) y de Salomé, la hija mayor de don Miguel, fallecida en octubre de 1934. La muerte, tan cercana en el tiempo, de madre e hija, dejaron profunda huella en el niño y en su abuelo, por lo que, con ocasión de cierta pregunta del muchacho, tendrá respuesta tomando estos hechos como motivo de explicación. La relación entre nieto huérfano y abuelo viudo tendrá causas diversas y motivaciones sentimentales oportunas; la papiroflexia será un ejercicio hecho con maestría y recibido alegremente, adecuado tanto para uno como para otro. Y los dibujos de don Miguel, tan olvidados en las películas, serán también un motivo de entrañable comunicación y efectivos diálogos entre el Miguel mayor y el Miguel niño.

El 28 de diciembre de 1936, tres días antes de su muerte Unamuno escribió un soneto cuyo segundo cuarteto dice: “Vivir el día de hoy bajo la misma enseña/ del ayer deshaciéndose en mañana/vivir encadenado a la desgana/ ¿es acaso vivir? ¿Y esto qué enseña?”.

La interpretación de Karra Elejalde como Unamuno es tan excelente como personal. Todo un paralelismo y, al tiempo, un marcado contraste con las interpretaciones de los otros personajes, ya civiles, ya militares. Este don Miguel es bronco y sabio, impetuoso y pacificador, enérgico y humano, altivo y humilde. El actor acaso haya tomado modelo de gesto y pose en la escultura del rector realizada por Pablo Serrano ubicada frente a la que fue su casa, en la citada calle Bordadores.


Bibliografía referida al conjunto de artículos

-Aranzubia, Asier. “Carlos Serrano de Osma. Historia de una obsesión”. Filmoteca Española
-Delltel Escolar, Luis. “José Jara: un apocalíptico en el cine, un refugiado en la universidad”. Área Abierta. Nº 30. Referencia: AA30.1111.151
-Fonseca, Victoria. Artículo: “La tía Tula”. En “8 calas cinematográficas en la literatura  de la generación del 98”. Editor: Rafael Utrera. Padilla Libros.
-Marías, Julián. “Miguel de Unamuno”. Austral. Espasa-Calpe
-Oms, Marcel. “Carlos Saura”. Edilig. Collection Cinegraphiques. Edición francesa.
-Unamuno, Miguel de. “Obras completas”. Editorial Escelicer. Edición de Manuel García Blanco.
-Unamuno, Miguel de. “Abel Sánchez”. Edición de J.L. Abellán. Castalia
-Unamuno, Miguel de. “Niebla”. Edición de Mario J. Valdés. Cátedra
-Unamuno, Miguel de. “San Manuel Bueno, mártir”. Edición de M. Valdés. Cátedra
-Unamuno, Miguel de. “La tía Tula”.  Edición de Manuel Cifo. Alhambra Longman
-Utrera, Rafael. “Modernismo y 98 frente a cinematógrafo”. Universidad de Sevilla

Ilustración: Karra Elejalde como Unamuno en Mientras dure la guerra.