Juan de Orduña fue uno de los más conspicuos directores del cine del franquismo. Iniciado en la interpretación, estuvo en el cine mudo y también protagonizó la que se considera primera película del sonoro español, El misterio de la Puerta del Sol (1930). Poco antes de esa fecha había hecho sus pinitos como realizador, para, a partir de los años cuarenta, dedicarse prácticamente en exclusiva a esa función, abandonando casi por completo su faceta de actor. En tanto que director, no se puede decir que Orduña fuera precisamente un estilista: su cine era generalmente hueco, ampuloso, con tendencia al subrayado fácil, por supuesto siempre presto a la loa del régimen franquista, quizá en consonancia con su origen aristocrático. Tuvo algunos grandes éxitos comerciales, como Locura de amor (1948), sobre la reina Juan de Castilla, y Agustina de Aragón (1950), que servían bien a la retórica patriotera, al imaginario imperial de los vencedores en la Guerra Civil, aunque sus valores cinematográficos fueron muy limitados.
Junto con Raza (la película que José Luis Sáenz de Heredia hizo con guion del propio Franco, bajo el seudónimo de Jaime de Andrade), tal vez sea ¡A mí la Legión! la más conocida de las películas militaristas de la inmediata postguerra española. Se daban en ella todos los tópicos habituales de este subgénero inventado por la propaganda franquista: valor inigualable, camaradería sin fisuras, amistad más allá de la muerte. El hecho de que, como es sabido hoy día, el director, Juan de Orduña, fuera homosexual, confiere al film, visto desde esa perspectiva, una inusual (y desde luego en absoluto pretendida ni por la productora ni por el régimen franquista) mirada homoerótica que no deja de ser curiosa en un producto teóricamente tan racialmente conservador.
En la Legión española, destacada en el Norte de África, coinciden dos militares, El Grajo y Mauro; este último parece ocultar un gran secreto. Los dos hombres traban fuerte amistad, haciéndose inseparables...
Alfredo Mayo está impagable en un papel escrito expresamente para él, con excelente química con Luis Peña, componiendo entre ambos esta extraña pareja que, sabiendo lo que sabemos actualmente, cobra una perspectiva sutilmente distinta...
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