Stanley Kramer fue un productor norteamericano que sintió la llamada de la dirección cinematográfica a partir de mediados de los años cincuenta del siglo XX. Desde entonces se especializó en llevar a la gran pantalla temas “bigger tan life”, más grandes que la vida: así, tocará el racismo en Fugitivos (1958), el apocalipsis nuclear en La hora final (1959), la controversia con el darwinismo en La herencia del viento (1960), las atrocidades del nazismo en ¿Vencedores o vencidos? (1963), o la Alemania de entreguerras que generaría a Hitler en El barco de los locos (1965).
Su cine se caracterizó por su aliento liberal, aliento que, no obstante, siempre sometía a cuestión en sus películas, con un tono que ciertamente no se puede considerar dogmático. También Adivina quién viene esta noche participará de ese tono; sobre un guion original de William Rose (entre cuyos créditos anteriores estaba la muy divertida El quinteto de la muerte, dirigida por Alexander Mackendrick), un excelente trío protagonista, Spencer Tracy, Katharine Hepburn y Sidney Poitier, encabeza este tibio melodrama antirracista, que en teoría debería estar superado por la Historia, pero que, a la vista de cómo está el patio en este tema en todo el mundo, puede ser recomendable su visionado en cualquier parte y momento.
Un matrimonio de ideas liberales verá convulsionada su agradable, cultivada vida burguesa con la noticia de que su hija quiere casarse con un médico negro. Kramer dirigió con buen pulso esta historia amablemente antirracista, aunque nos imaginamos que en aquella época otro gallo hubiera cantado si el novio, en vez de ser el pulcro, culto y "blanco" (en el sentido de que piensa como tal) Poitier, hubiera sino un negro “rastafarian”, un a modo de perroflauta a lo Bob Marley: y es que si en aquella época el que aparecía como matrimonio liberalísimo tenía sus dudas cuando su única hija les llega con un prometido afroamericano que era el epítome del yerno perfecto, ¿qué hubieran dicho si les llega un negro del Bronx, con todos sus avíos?
Con todo, la película se deja ver con benevolencia y hay que tener en cuenta su contexto histórico, temporal, cultural y social: véase que solo cuatro años antes del rodaje de este film, Martin Luther King tuvo que encabezar la famosa Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, y que un año después del estreno de esta película ese famoso líder de la comunidad afroamericana moría alevosamente asesinado en Atlanta. Así que en su momento films como este, o En el calor de la noche (1967), también con Poitier, contribuyeron sin duda a la normalización de la comunidad negra y al progresivo logro de sus derechos civiles.
(22-07-2018)
108'