Pelicula:

Cádiz, en nuestros días. Quique, un chirigotero con familia tambaleante (padre guardia de seguridad recién asesinado en un atraco; madre navegando en las brumas del Alzheimer; hermana, Meme, en el “talego” por trapichear con droga; él mismo que ha cotizado menos que Vicente el del canasto), ha sido empleado temporalmente en un incinerador de droga en construcción en la provincia; uno de sus mayores fans en el tema de la chirigota, llamado el Tuti, es un narcotraficante, una mala bestia que lo enreda para que trabaje para él y su socio El Gallego a fin de robar toda la droga antes de que sea quemada...

Tiene dicho Salva Reina, el protagonista de esta Antes de la quema, que la película es, sobre todo, una carta de amor a Cádiz. Y lo cierto es que no le falta razón al canario criado en Málaga, porque el nuevo film del veterano Fernando Colomo es, sobre todo, una exposición continua y permanente de la ciudad, de la gente de Cádiz, de la manera de ser de los gaditanos, de la forma de entender la vida en la llamada Tácita de Plata. Ese es uno de sus mayores valores, como también el hecho de, salvo puntuales momentos, no recurrir a los arquetípicos paisajes gaditas; por supuesto que sale Puertatierra; por supuesto que está el “skyline” con la cúpula de la hermosa catedral de Cádiz; claro que está, y mucho, el sabroso, auténtico paisaje urbano del barrio de La Viña. Pero el film no se para en ellos con intenciones turísticas, sino que estos se imbrican en la trama sin robarle protagonismo.

Otra cosa es que tenga defectos evidentes: un guion que cae constantemente en la tentación del chiste fácil y de la tierra, aunque afortunadamente se aleja del humor de “sitcom” que es, en buena medida, el lamentable canon de la comedia cinematográfica española del siglo XXI. El conjunto es irregular pero tiene aciertos parciales que hay que resaltar. Porque Antes de la quema es, fundamentalmente, una aproximación al alma de la ciudad, de su gente y sus costumbres, de su idiosincrasia, y eso lo hace con buen tino, sin caer, en general, en clichés ni tópicos. Por supuesto que hay otros gaditanos ajenos a este paisanaje que se describe aquí, pero este también existe, y es numeroso en la ciudad, como parece obvio.

Hay una filosofía de vida que tiene que ser contemplada a la luz de la situación de Cádiz capital y de la provincia. Cuando la media de paro en España (datos de la 1ª EPA de 2019) está en algo menos del 15%, y en Andalucía en algo más del 21%, en la ciudad de Cádiz el desempleo se dispara por encima del 27%. Con esas cifras no es fácil ponerse moralista sobre el trapicheo de droga y su evidentísima ilicitud ética; más valdría a las administraciones públicas ponerse las pilas y revertir esa situación. Pero claro, entonces hablaríamos de un país serio...

Volviendo a la película, Antes de la quema es una comedia entreverada de thriller que quiere ser también (además de la carta de amor a Cádiz de la que habla con buen tino Salva Reina) una mirada hacia dos realidades insertas en la zona, una mal que les pese, el narcotráfico, y otra que es uno de los tesoros de la zona, esas chirigotas que ponen en solfa cuanto hay sobre la Tierra y hasta en el Cielo, ese humor sardónico, escatológico, paródico, corrosivo y faltón que, año tras año, en las fechas de las carnestolendas, antes de que Doña Cuaresma derrote a Don Carnal, se enseñorea de la ciudad tres veces milenaria. Pocas películas se han acercado tan acertadamente a esa realidad chirigotera como esta, y esa es, también, otra de sus virtudes.

Fernando Colomo aporta su conocida técnica, su proverbial profesionalidad, para poner en escena esta comedia que, es cierto, no siempre da con el tono adecuado para el género, pero que, en líneas generales, se ve con agrado. Colomo incluso se permite algún atrevimiento narrativo, como ese Gallego, jefe de los atracadores, exponiendo su plan de ataque al furgón dirigiéndose a la cámara, en una ruptura de la cuarta pared que a mucho espectador estupidizado por el lenguaje inane de la caja tonta habrá descolocado, pero que ciertamente funciona muy bien como recurso cinematográfico en la trama, anticipando lo que habrá de ser sin que aún haya ocurrido.

En el apartado interpretativo, no deja de ser curioso que los personajes, todos gaditanos (menos Manuela Velasco y Manuel Manquiña, que hacen de lo que realmente son, madrileña y gallego, respectivamente), son sin embargo malagueños (Reina, Núñez, Civantos) o sevillanos (Romero, Rosso). Todos están bien; es cierto que a Salva Reina lo están encasillando en el papel del andaluz “grasioso” que no sabe hacer la o con un canuto (aunque aquí le suelta al personaje del Tuti un “reduccionista” que no se compadece demasiado con el tono de su rol); Joaquín Núñez hace un más que peculiar mafioso que a la vez es fan irredento de la chirigota; pero los que están realmente espléndidos son Vicente Romero, como el divertido policía ceceante al que no le hacen caso ni sus jefes ni sus subordinados, y, sobre todos, Maggie Civantos, que hace una choni espectacular, como si Belén Esteban hubiera rejuvenecido 20 años y hablara con la desarmante gracia gadita en vez del arrabalero lenguaje madrileño de la llamada “princesa del pueblo” (qué barato está el kilo de realeza...).


 


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96'

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Antes de la quema - by , Jul 02, 2019
2 / 5 stars
Narcochirigota