Aupada por el impulso que ha supuesto la nominación de Javier Bardem al Oscar al Mejor Actor Masculino Protagonista, este Antes que anochezca (al parecer el abominable "queísmo" del título ya estaba en el texto original autobiográfico) pronto se presenta como un filme irregular, no al uso de USA, si me permiten el calambur, en el que el "autor" (con todas las connotaciones, positivas y negativas, que tiene la palabra, además entrecomillada) total es Julian Schnabel, un pintor que probó suerte en el cine con su anterior Basquiat, sobre el intento de asesinato de Andy Warhol, y que aquí vuelve a biografiar a un personaje de vida tormentosa, el poeta y novelista Reynaldo Arenas, escritor cubano y homosexual, primero revolucionario y luego catalogado por el estricto régimen castrista (tan puritano como toda dictadura, siempre imponiendo su propia moral) como degenerado y vicioso.
La vida de Arenas, según su propia autobiografía, fue ciertamente azarosa, y Schnabel nos acerca con sensibilidad a ella. Bien es verdad que entre sus cualidades como cineasta no se puede decir que esté la mesura, y sí cierto atropellamiento, una fea caligrafía cinematográfica y una evidente ausencia de ritmo narrativo.
A pesar de esos fallos de principiante, Antes que anochezca resulta ser una obra atractiva, quizá por su propia irregularidad, su tema y, sobre todo, por algunos chispazos de puro genio de artista: el suicidio de la esposa (nuestra Najwa Nimri, por cierto) del intelectual mentor de Reynaldo, dada con una elipsis cuasi bressoniana, o el primer intento de suicidio de Arenas, aún en Cuba, ofrecido "off the camera", o la visualmente bellísima imagen de los balanceados recados de amor de los presos entre los barrotes de la cárcel.
Duro con el régimen de Castro (como hay que serlo con toda dictadura, cualquiera que sea su color), pero también crítico con el supuesto paraíso de Miami, donde el poeta terminará muriendo de asco y sida, el filme resulta ser un fresco airado sobre la vida de un hombre marcado por su momento histórico, su talento y su condición sexual, una película interesante aunque no llegue a lo eximio.
Por supuesto, no sería lo que es sin la notable composición de nuestro Bardem, aunque hay que decir que le conocemos mejores trabajos (véanse Perdita Durango o Éxtasis, sin ir más lejos).
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