Pelicula:

Esta película forma parte de la Sección Hipermetropía del 18 Festival de Cine Africano (FCAT’21). Está disponible por tiempo limitado en Filmin.

Angola alcanzó su independencia como estado soberano de la potencia colonizadora, Portugal, en 1975, tras la Revolución de los Claveles que acabó con la dictadura salazarista. Desde entonces, el país africano cuya capital es Luanda ha producido algo más de un centenar de productos audiovisuales; es evidente que, en esa cuestión, el país angoleño está todavía en mantillas, además con un nivel de calidad inevitablemente bajo. Pero hay algunos productos que nos llegan que apuntan a que hay talento en aquella tierra del África negra donde se habla la bella lengua de Pessoa. Es el caso: Mário Bastos (Luanda, 1986), más conocido en el siglo como Fradique, es un cineasta angoleño que se ha formado en Nueva York y San Francisco. Desde 2007 viene haciendo cine en su país, hasta ahora en formato de cortometraje o bajo la fórmula del documental. Ar condicionado es su primer largo de ficción, una historia ciertamente peculiar. Su cine hasta ahora, tanto en sus cortos como en el documental, estaban interesados en el fenómeno de la independencia del país, en su relación con la metrópolis, pero también, sobre todo, en la búsqueda de su propia identidad como nación del África negra.

Ahora, con este Ar condicionado, su primer largo de ficción, da un salto cualitativo importante, cambiando el tema por otro bastante más surrealista, aunque, como veremos, quedarán reminiscencias evidentes de sus anteriores preocupaciones.

La acción se desarrolla en Luanda, en lo que parece nuestro tiempo: Zézinha acude en transporte público a su lugar de trabajo en un edificio del centro de la ciudad; por la radio confirman que sigue produciéndose el fenómeno que aterroriza a la población desde hace días, la paulatina caída de la multitud de aires acondicionados que jalonan las fachadas de los edificios. Cuando llega a su lugar de trabajo, Zézinha es conminada por su jefe para que encuentre su aire acondicionado (que también ha “volado”) y se lo reponga al día siguiente como muy tarde. Zézinha, a su vez, ordena a Matacedo, guarda de seguridad del edificio, que encuentre el aire acondicionado del “boss” y se lo reponga, y además que funcione...

Extravagante metáfora sobre la decadencia de la sociedad occidental implantada en África a través de las potencias colonizadoras, Ar condicionado es una película ciertamente curiosa; no se puede decir que esté plenamente lograda, porque adolece de ese pecado capital tan habitual en los cortometrajistas cuando afrontan su primer largo: la materia argumental es escasa y se podría decir que gaseosa, y así es complicado llegar siquiera a los 72 minutos que dura el film. Por otro lado, llama la atención positivamente lo etéreo de la propuesta: en un cine actual en el que domina o bien el realismo más desaforado, o la no menos abracadabrante fantasía conseguida por efectos digitales, aquí Fradique opta por filmar una fantasía a base de elementos estrafalarios, como ese fenómeno de los aires acondicionados que, de vez en cuando, se precipitan con estruendo a la calle, a veces llevándose por delante a algún cristiano, otras simplemente retumbando y despanzurrándose contra el suelo.

Pero esa fantasía surrealista está pespunteada, como anticipábamos, por tonos reivindicativos o de denuncia, como la actitud de los gerifaltes, a los que solo les importa no pasar calor y por ello lo único que les interesa es que se repongan sus queridos aires acondicionados para estar fresquitos, aunque el resto de la ciudad corra el riesgo de perecer bajo los amasijos de metal y plástico que se despeñan desde las alturas, en una suerte de metáfora sobre la decadencia de la sociedad actual. Fradique utiliza también los espacios radiofónicos que tratan el tema para denunciar la incuria de la administración pública, pero también los problemas que acarrea el país desde su independencia.

El director se permite incluso una curiosidad, la del personaje de Mino, un supuesto arreglador de cachivaches, al que el guardia de seguridad Matacedo lleva, ingenuamente, el aire acondicionado del jefe; como le dice Zézinha, nada que entre en su local vuelve a salir, es un agujero negro... Y ello es porque el tal Mino, un personaje raro donde los haya, resulta ser una especie de inventor que ha construido, con los chismes que le entregan para su reparación, una máquina que (glup) registra los recuerdos, para que no se olviden, en viejas cintas de VHS. Quizá esta línea argumental, que queda como secundaria en la historia, podría haber tenido más recorrido, pero a Fradique parece que no le ha interesado, quizá más atento a sus aires acondicionados voladores y la metáfora político-social que ello conlleva.

Película curiosa, sin duda, evidentemente irregular y con más metraje de la cuenta, pero también una película con capacidad para fascinar a ratos, como en la secuencia en la que Matacedo, en primer plano, con la mirada perdida, no se percata de que los aires acondicionados van cayendo, uno tras otro, a la calle, mientras dos pobres diablos se disputan los despojos, sin percatarse de que ellos mismos pueden terminar siéndolo debajo de algunos de esos aparatos que caen como si fueran chuzos de punta...

Inevitablemente naif, a ratos candorosamente simple, con diálogos en general mejorables, aunque algunos de los que mantienen los protagonistas, Zézinha y Matacedo (puestos en boca de ella, dicho sea de paso...) tienen más enjundia de lo que aparentan, la película evidencia formalmente el gusto de Fradique por los planos largos, casi planos secuencia, a menudo en movimiento, también con cierta tendencia a la cámara lenta poco justificada. En general, la película queda como un apreciable intento de surrealismo a la africana, quizá una aproximación a lo que podríamos llamar un cierto realismo mágico en el Continente Negro, una búsqueda de temáticas, de estéticas propias, un cine que está inventándose a sí mismo desde su propia realidad.

(01-06-2021)


Género

Nacionalidad

Duración

72'

Año de producción

Trailer

Ar condicionado - by , Jun 01, 2021
2 / 5 stars
Surrealismo a la africana