Estreno en Movistar+. Disponible también en Apple TV, Rakuten y Amazon Prime Video.
El cine de Paul Verhoeven se ha caracterizado con frecuencia por una búsqueda de la provocación, del escándalo, desde su etapa inicial en su país, Holanda, con films como Delicias turcas (1973), hasta, ya en su etapa norteamericana, con la popularísima Instinto básico (1992), el cruce de piernas más famoso de la Historia del Cine (y la trama más confusa también...), el fallido remoquete de Showgirls (1995), y ya en nuestro siglo y de vuelta a Europa, su anterior film, Elle (2016), a vueltas con la violación y la peculiar actitud ante ella de la mujer violada.
Ahora Verhoeven parece volver a algunos de sus films de la primera etapa europea, como aquel Los señores del acero (1985), que también era una historia de época; Benedetta está ambientada en el siglo XVII en Pescia, en la Toscana, basándose en el libro Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy, publicado en 1987 por la historiadora norteamericana Judith C. Brown, que relata su versión sobre la vida y las vicisitudes de la monja Benedetta Carlini, ingresada siendo niña en un convento de las monjas teatinas, y que se hizo famosa en su tiempo por sus raptos místicos y sus estigmas, si bien fue juzgada por posible falsedad en sus visiones y por la que podría ser una de las primeras relaciones lésbicas documentadas de la Edad Moderna.
Pero viendo esta Benedetta se nos venía a las mientes aquella ya vieja película de Walerian Borowcyk, Interior de un convento (1978), de la época en la que el cine se soltó la melena y el sexo tomó carta de naturaleza en las pantallas. Y ese nos parece un grave problema de Benedetta, que se nos antoja un cine trasnochado, antiguo por no decir viejo; ves la película y pareces estar viendo aquellos films de los setenta y ochenta que buscaban alegrar las pajarillas del personal, por supuesto con las oportunas coartadas cultistas (El Libro de Buen Amor, La lozana andaluza...).
Con ese problema de entrada, Benedetta nos parece confirmar que el mejor tiempo creativo de Verhoeven ya pasó. Es cierto que hay algunas cuestiones interesantes, como el juego entre el misticismo y el erotismo, sobre el que muchos autores han indagado, hasta qué punto las visiones en conventos, monasterios y otros lugares sagrados no pudieron estar provocadas por las calenturas propias de los jóvenes cuerpos reprimidos durante años, durante decenios, durante toda una vida. También nos gusta que Verhoeven y su coguionista David Birke opten por no presentarnos a la protagonista, la monja (después abadesa) Benedetta ni como una ninfómana ni como una mística, jugando con la ambigüedad para que sea el espectador, si le place, el que lo haga.
Por lo demás, la película se deja ver con cierto agrado, aunque es cierto que, como a la mayor parte del cine moderno, le sobra por lo menos un cuarto de hora. Virginie Efira, tan segura y fiable como siempre, se entrega absolutamente a un personaje ciertamente complejo, que ella compone con su habitual talento. Nos gusta también la joven Daphne Patakia, que puede dar mucho juego. De los veteranos destacaremos la sobriedad interpretativa de Charlotte Rampling, pareciéndonos inferior Lambert Wilson, un tanto sobreactuado y poco natural.
(08-10-2021)
131'