A veces hay películas que uno no sabe a qué juegan. Ésta dirigida por un ruso formado en Canadá, experto en cine publicitario y que debuta en la dirección con la adaptación de una novela, es uno de esos casos. Al principio parece ir de reflejo de una voluntad indomable, con un coronel iraní de la época del Sha que trabaja a destajo en Estados Unidos, su país de adopción, para dar allí un futuro a su familia. Pero después resulta que se cruza en su camino una chica cuyo apellido debe ser Desastre, a la que el Condado le ha embargado la casa por un error en impuestos que la muchacha, deprimida por el abandono de su marido, no se ha molestado en aclarar. Y ahí se lía la guita: el iraní se adjudica la finca injustamente embargada, la chica se hace novia de un policía que presiona al persa y los acontecimientos se precipitan dramáticamente. Pero, aunque se masca la tragedia, como finalmente ocurre, la sensación es de indefinición, cuando no de perplejidad: no sabemos si es un drama sobre la injusticia de la justicia (valga la supuesta paradoja, que no es tal, como se sabe), sobre la incuria de algunas administraciones públicas, sobre el honor (las largas parrafadas que el coronel iraní tiene con su hijo adolescente), sobre la indecencia de algunos policías (que no dudan en usar en su propio provecho la fuerza que el Estado les ha delegado para el imperio de la ley) o, finalmente, sobre la futilidad de que un simple bien material, como se supone que es una casa, resulte en el detonante de la tragedia que, con ropajes casi shakespeareanos, se permite el director. Con tanto tema y tanta indefinición, la impresión es negativa, a pesar del correcto trabajo de dirección, de la siempre excelsa interpretación de Ben Kingsley y la adecuada (aunque algo desnortada: parece decir "¡qué hago yo aquí, y qué clase de papel penco es éste!") de Jennifer Connelly. Dirigida por
Interpretada por
Género
Nacionalidad
Duración
125'
Año de producción
Casa de arena y niebla -
by Enrique Colmena,
Feb 12, 2004
Se masca la tragedia
1 /
5 stars