La obra de Wim Wenders ha descrito una rara elipse en su estilo, en sus temas, en sus nudos argumentales. De los discursos intelectualizantes, típicos de su autor de cabecera, Michael Handke, habitual en su primera época, ha ido transformándose en un contemplador del ser humano, con el que se ha ido implicando progresivamente. De la mirada sabia pero fría de El amigo americano ha pasado a la complicidad de esta espléndida Cielo sobre Berlín, una obra maestra de desusada belleza temática, estética, humanística, sensual.
Dos ángeles son enviados a la Tierra, en una misión remotamente parecida a la tutelar que se supone les resulta propia. En su deambular por las miserias terrenas, cada uno de estos seres seráficos, pero en el fondo, a su manera, tan humanos, irá decantándose, respectivamente, por una proximidad cada vez mayor a los hombres y mujeres que han de proteger y por un aislamiento en su exquisita torre de marfil.
Bellísima, Cielo sobre Berlín es la obra magna, definitiva, de uno de los artistas más lúcidos que haya dado el cine, aunque es cierto que tras esta cima su carrera no ha vuelto a brillar a tan considerable altura. Espléndido Bruno Ganz en su personaje de ángel cada vez más fieramente humano, y Peter Falk, el memorable protagonista de la popularísima serie televisiva Colombo, en un papel preñado de ironía y humanidad.
128'