Cosa de hombres

Esta película se pudo ver en la Sección Oficial a Concurso del III Festival de Sevilla, Cine y Deporte.

Este filme norteamericano, Cosa de hombres, opera prima de Dylan Kidd, fue premiado en el Festival Tribeca que auspicia Robert de Niro y en otros certámenes y galardones varios, lo que no deja de ser curioso, más que nada porque no es ninguna maravilla. El hecho de que la carrera posterior del cineasta haya sido escasa y generalmente reducida al ámbito televisivo (y no precisamente de series de relumbrón) parece confirmar que los talentos de Kidd no eran tantos…

Es una historia urbana, actual, con un publicitario con frecuencia lúcido pero aún más habitualmente bocazas, que imita a Casanova, el conquistador de mujeres, pero sobre todo a Pigmalión, el educador en buenas (en este caso quizá malas…) maneras, cuando tiene que, inesperadamente, adiestrar a su casi impúber sobrino en las artes amatorias; como suele suceder en estos casos, las enseñanzas no dan mucho fruto.

Filme narcisista, con una ampulosa y artificial utilización de la cámara en mano, sin justificación alguna, tiene cierto interés en sus diálogos, sobre todo cuando el lenguaraz protagonista mete el dedo en el ojo del prójimo, lo que hace con frecuencia. Pero el conjunto deja la impresión de que su neófito autor ha querido dejar bien claro quién maneja la película, y la fatuidad no es precisamente la mejor cualidad para hacer cine.

Lo mejor, sin duda, un reparto en el que destacan algunos rostros peculiares, como el de Isabella Rossellini, la fascinante hija de Ingrid Bergman, y uno de los mitos eróticos de los años ochenta, Jennifer Beals, cuyo Flashdance, aunque tan endeble fílmicamente, se constituyó en su momento como un cierto filme de culto, un adelantado a su tiempo, casi un videoclip (que no sabía que lo era), eso sí, de tamaño gigantesco…