Pelicula:

Nietzchka Keene (Boston, 1952 – Madison, 2004) fue una profesora universitaria norteamericana que impartió clases de realización y montaje en la Universidad de Michigan. Paralelamente dirigió algunas películas antes de su precoz fallecimiento. La más famosa, aunque también poco vista, es esta Cuando fuimos brujas, un extraño film con reminiscencias del Bergman de los años cincuenta (citar El manantial de la doncella y El Séptimo Sello no sería ocioso, al menos en cuanto al “look” visual), aunque también del clásico Sjöstrom, rodado en Islandia, con dos etapas de rodaje, una en 1986 y la segunda ya en 1989, parón provocado por la falta de fondos de Keene para continuarlo.

Desde entonces el film se ha convertido en objeto de culto, habiendo sido objeto de una exquisita restauración por parte del Wisconsin Center for Film and Theater Research y The Film Foundation, que le ha devuelto toda su hermosa, modesta belleza en despojado blanco y negro

La acción se desarrolla durante la Edad Media. Dos hermanas, Katla, la mayor, y Margit, la más joven, una adolescente, escapan de su hogar cuando su madre es acusada de brujería y por ello lapidada y quemada. Llegan a una tierra en la que un hombre, Jóhann, vive con su hijo, Jónas, tras haber muerto su mujer. Katla, ayudándose de sus trucos de hechicera, aprendidos de su madre, intima pronto con el hombre, lo que el pequeño Jónas ve con malos ojos. Margit se hace amiga del pequeño, y ambos asistirán a la relación tortuosa de Jóhann y Katla...

Sobre un cuento de los hermanos Grimm, que era el favorito de la directora en su infancia, Keene rueda esta extraña historia ambientada en los paisajes yermos, gigantescos, abrumadores, de una Islandia primaveral o veraniega, donde no hay nieve pero sí una sensación telúrica como de principio de los tiempos. Hay un tono sobrio, extraño, en esta película de la que además de los referentes indicados (el Bergman de los cincuenta, el pionero Sjöstrom), podría citarse con razón a Bresson y su austeridad en lenguaje y recursos.

La película nos parece evidente que juega fundamentalmente en el terreno del simbolismo, con elementos como los pájaros, aquí trasunto de los muertos, pero también con otros tales como las superficies especulares y las sombras, como esas figuras chinescas que el personaje de Björk forma con las manos para disfrute del pequeño Jónas, e incluso intrincadas metáforas como el cuento (una historia dentro de la historia principal) en el que se narra el caso de la mujer encerrada en una especie de urna de cristal. Los muertos tendrán incluso presencia física por la extraña capacidad presciente de la adolescente, con escenas preñadas también de simbolismo, como aquella en la que la madre de la chica se le aparece con una especie de agujero negro en el pecho, en el que hará que su hija meta la mano.

La película, hablada totalmente en inglés, para facilitar su llegada al público, presenta la brujería vista con normalidad, con realismo, sin misterios ni magias; las brujas son gente normal, como las dos protagonistas. Como probablemente ocurría en la época aquí reflejada, la Edad Media, el cristianismo y el paganismo aparecen imbricados, se habla de ambas visiones del mundo sin ser antitéticas; de hecho, la propia Margit, bruja como su hermana, reza el Padrenuestro con devoción.

Mención especial para la banda sonora, de la que es autor Larry Lipkis, hecha fundamentalmente con música de viento, especialmente de flauta, una música hermosa y sencilla, huyendo del tono misterioso o mágico que se suele utilizar para reflejar el mundo brujo, utilizando también voces humanas, en cánticos femeninos ancestrales  tan bellos como telúricos, entre lo religioso y lo pagano.

Con unos paisajes yermos, rocosos, que son un personaje más del film e infunden su impronta en los protagonistas, Cuando fuimos brujas (título potente pero muy distinto del original, The juniper tree, “El enebro”, título también del relato de los hermanos Grimm, uno de sus cuentos más oscuros y terribles, incluyendo elementos tan poco comunes en el género como el canibalismo) resulta ser una extrañísima película entre lo metafísico, lo cuentista, lo religioso, lo esotérico… cuyo final se hace aún más extraño, casi anarrativo, de alguna manera abstracto.

Interesante trabajo actoral fundamentalmente de la cantante y compositora Björk, en su primera aparición como actriz, actividad en la que años más tarde rayaría a gran altura en Bailar en la oscuridad (2000), el tremendo melodrama musical de Lars Von Trier.

(12-03-2022)


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78'

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Cuando fuimos brujas - by , Mar 12, 2022
3 / 5 stars
Islandia, en la Edad Media