Pelicula: He aquí una poco digerible muestra del escaso talento de Antoni Ribas para afrontar la vida y la obra de un hombre tan particular como Salvador Dalí, un artista de desbordante genio creativo, seguramente sólo superado por sus extravagancias, que poco tenían que ver con la locura que creían ver en él los mortales, sino más bien con el "marketing": Dalí se sabía vender mejor que nadie, y ello sin restarle un ápice de mérito a su obra. Pero el retrato que del pintor de Figueras hace Ribas transforma a este genio megalómano y astuto en un pusilánime inseguro y cobardica, una especie de veleta que se apuntaba a tirios y a troyanos, simultáneamente, y de quien, de creer lo que cuenta el cineasta catalán, habría que suponerle una gran dosis de suerte para embaucar a medio mundo con su paleta y sus estrafalarias patochadas.

Ribas cuenta la historia de la vida (de media vida, para ser exactos) de Dalí en flash-backs vistos desde la perspectiva de la primera visita del pintor a Nueva York, donde será entrevistado por un fervoroso periodista del "Time". Pero ni hay fondo histórico que sitúe al personaje en cada momento del siglo XX, ni la aparición de los desconocidos actores que esforzadamente encarnan a las celebridades que conoció (desde Lorca a Buñuel, pasando por Picasso, Bretón, Eluard, Cocteau, Miller y un largo etcétera) aportan nada de interés a un personaje hueco y falto de fuerza, lo que, hablando de Dalí, debe ser la mayor de las herejías.

Mención aparte para el protagonista, Lorenzo Quinn, hijo del gran Anthony Quinn, quien, desde luego, no ha heredado las dotes interpretativas de su padre. Quinn Junior se limita a componer (es un decir) su papel a base de las tópicas muecas que hicieron famoso a Dalí, como si este hombre de prodigiosa capacidad para labrarse una imagen propia hiciera uso de ellas incluso en la intimidad; omite el chico Quinn ningún tipo de profundización psicológica en el personaje, tan prometedor para cualquier actor que se precie. En este caso, las razones de la omisión parecen claras: el jovencito Quinn es un auténtico "palo" como actor, y su relativo parecido con Dalí no justifica tan pésima elección.

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103'

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Dalí - by , Jun 27, 2001
1 / 5 stars
Retrato desvaído